En breve tendréis la reseña en la web de Cafeína y Letras. Pero, por lo pronto, si podéis saber que el libro es una maravilla. La saga entera lo es. Dos cosas que lo caracterizan es el fuerte interés y la magnífica explicación que hace sobre los procesos de medicina forense, y por otro lado, el juego metaliterario que se trae. Lo primero porque no es un tema en lo que se suela profundizar mucho en la narrativa policiaca. Los libros del género que he leído hasta ahora preferían enfocarse en el procedimiento de la persecución del criminal desde el punto de vista psicológico y apenas daban algunas pinceladas sobre el forense. Y, si nos apegamos a la realidad, es una parte del procedimiento tanto o más importante que el resto. La base de todo, por así decirlo. En cuanto al juego metaliterario, poco puedo decir porque sería spoiler. Pero no faltan las alusiones a autores españoles de libros del mismo estilo y sus obras juegan un papel muy importante en esta última entrega. Además, el enfrentamiento de intelectos entre criminal y policia es sublime, sin trampas ni carton. La mentalidad de nuestro villano es perversa como pocas, y nuestro protagonista, Nicolás, un gran policia pero también una gran persona. Tiene un rasgo delicado que tampoco había conocido en otros personajes, aunque mi favorito ha acabado siendo el más cretino del duo dinámico. El ritmo no es tan acelerado como otros, pero no es una pega. al contrario, da tiempo a todo, a vivir cada detalle y a no perderse nada con las prisas. Os recomiendo la saga muchísimo. Blas es un gran autor de policiaco y estoy deseando sacar más tiempo para leer más obras suyas. Dadle la oportunidad, porque merece mucho vuestro tiempo y vuestras lágrimas. + Leer más |