No morirás

"No robarás” tenía un final de esos que, de haber tenido disponible la continuación, la hubiera empezado inmediatamente. Como no se había publicado aún, me tocó esperar desesperadamente. Afortunadamente, no ha tardado demasiado en publicarse “No morirás”, la tercera y última entrega de la trilogía Pecados capitales de Blas Ruiz Grau.

“No morirás” comienza donde termina “No robarás”. Como he dicho al principio, las páginas finales del segundo libro son tremendas; te dejan impaciente por saber en qué queda todo. Por suerte, en “No morirás” todos los interrogantes quedan resueltos.

Lo que el lector sabe al leer las últimas páginas de “No robarás”, pasa también a ser de conocimiento de la policía. No sólo eso, también un plazo: 70 horas. Un plazo cortísimo en el que el asesino en serie protagonista de esta trilogía ha prometido matar a una serie de personas –no conocidas por la policía- y, como culminación de esta macabra cuenta hacia atrás, a una persona muy conocida y querida por el inspector Nicolás Valdés.

Es muy difícil hablar de una novela que es el final de una serie sin desvelar nada importante de las entregas anteriores. Por eso, no voy a hablar nada más de la trama y sólo os contaré generalidades sobre esta novela y sobre la trilogía en general.

Lo primero de todo: ésta es la tercera entrega y ha de leerse después de la primera y la segunda. Cierto que hay series en las que se pueden leer las entregas en desorden sin ningún problema pero éste no es el caso. La historia es una sola, contada en tres partes: “No mentirás, “No robarás” y “No morirás”. Sería absurdo comenzar la lectura por esta novela porque os perderíais. Es posible que os de pereza empezar por la primera sabiendo que tenéis tres novelas por delante pero, de verdad, os aconsejo mucho que lo hagáis pues, además, tendréis la suerte de poder leer las tres seguidas, sin tener que esperar mordiéndoos las uñas como he tenido que hacer yo. Son tres novelas pero os dará pena que no sean cuatro.

Esta novela y esta trilogía son novelas policíacas escritas a ritmo de thriller. Son historias super ágiles que no dan tregua al lector. Muy fáciles de leer, con mucho ritmo, enganchan muchísimo. Como en cualquier novela de este tipo que se precie, hay giros inesperados. Y más cuando uno de los protagonistas es un asesino en serie tremendamente inteligente al que le gusta jugar con la policía. “No morirás” contiene unas cuantas sorpresas que nos harán mordernos las uñas de la tensión. Sobre todo al final, cuando crees o temes que ha pasado algo, qué disgusto madre mía.

La novela y la serie se apoyan en unos personajes potentes siendo al final un enfrentamiento directo entre el bueno y el malo. Es de esos casos en los que un psicópata siente fijación por un policía al que reta continuamente, llevándolo todo al terreno personal; y un policía al que el asesino se le mete entre ceja y ceja y lo convierte, por supuesto, en algo personal. Aunque hay que decir que a Nicolás no le queda más remedio que convertirlo en algo personal (los que hayáis leído la serie me entenderéis). En la trilogía hemos visto evolucionar a Nicolás Valdés. En la primera novela, era un policía bastante novatillo que fue enviado a Mors para investigar un suicidio y se encontró algo mucho más fuerte. Lo que en esa novela pasó le hizo crecer como policía. En la segunda novela, todo lo que pasó le afectó en lo más hondo de su ser hasta el punto que tuvo que tomar una drástica decisión. En esta tercera novela deberá enfrentarse a sus demonios internos y al monstruo externo que, nuevamente, le pone a prueba. Nicolás, como siempre, lo dará todo y lo hará ayudado por un gran equipo policial en el que destaca su compañero y amigo Alfonso (el típico cuñado pero más majo que yo que sé) y Sara, la psicóloga. Ellos y muchos más lo darán todo para tratar de detener al monstruo antes de que cometa todos los crímenes que tiene previstos.

La novela se estructura en cuarenta y cuatro capítulos de más bien corta extensión. Todos ellos comienzan especificando el lugar en el que transcurren, el día y la hora en la que empiezan. A partir de determinado capítulo, entre paréntesis vendrán las horas o minutos que quedan para la finalización del plazo). Lo de la cuenta atrás agobia muchísimo pues ves que los policías avanzan pero que aún no hay nada claro y que va a ser difícil que puedan salvar a la persona que todos queremos que salven. Resulta un poco angustioso pero, al mismo tiempo, te incita a leer cada vez más rápido.

El estilo, el típico de los thrillers que ya nos había mostrado en las novelas anteriores: mucho diálogo, frases cortas, mucho ritmo, algún giro inesperado y un final de infarto.

Conclusión final

Es difícil mantener el nivel en una trilogía. La primera novela suele ser la más impactante y la que engancha al lector pero las siguientes, en ocasiones, da la impresión de que el autor ha querido estirar la historia sin que haya materia para ello. No es el caso; al contrario, yo diría que la trilogía va a más, cogiendo cada vez más enjundia e interés. Desde luego, “No morirás” es un muy digno final para una gran trilogía.
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Con este libro, Blas cierra la trilogía del Mutilador de Mors, un pueblo ficticio ubicado en la provincia de Alicante. Y menudo cierre, porque toda la acción se concentra en una cuenta atrás de 72 horas, narrada en tiempo real, con el ya característico estilo de su autor: un ritmo vertiginoso y giros argumentales que echan por tierra todas las teorías del lector y te dejan con la boca abierta.

Y como ya pasase con las dos entregas anteriores “No mentiras” y “No robaras”, con su manera de narrar Blas consigue atrapar al lector logrando que se mantenga en tensión con la adrenalina a tope, incluso mantenido la respiración en algún momento, según va avanzando la trama.

La historia arranca un año después de que Fernando Lorenzo, el Mutilador de Mors, acabara con la vida de 6 personas brutalmente. Durante este tiempo, el inspector Nicolás Valdés, que tras los hechos acontecidos en la segunda entrega de esta trilogía, quedó bastante tocado a nivel psicológico, no ha dado señales de vida.  Pero el asesino ha tenido tiempo para preparar con detalle sus próximos movimientos y para hacer que Nicolas regrese y se enfrente a sus propios demonios.
Así una vez más Nicolas, junto a su compañero y amigo el inspector Alfonso Gutiérrez y el resto del equipo, tratara de adelantarse y detener al monstruo antes de que lleve a cabo lo que tiene planeado.

La novela está estructurada en cuarenta y cuatro capítulos que empiezan con la especificación del lugar, día y hora en la que trascurre.
A partir de un determinado capítulo se nos muestra también entre paréntesis las horas y minutos que restan para la finalización de la cuenta atrás, lo que hace que como lector te vayas angustiando al ver que el tiempo corre y la policía no tiene nada que les haga avanzar. Esto hace que quieras seguir leyendo para ver qué es lo que sucede y si lograrán llegar a tiempo.

Destacar la labor de investigación del autor creando unos escenarios impecables, donde las descripciones y detalles unidos a los tecnicismos y procedimientos policiales desmontan muchos de lo que todos creemos saber debido a series policiacas como CSI.

Pero si algo marca la diferencia en esta trilogía son, sin duda, sus personajes. Cercanos, humanos, imperfectos, con sus virtudes y sus defectos, sus miedos e inseguridades. El autor ha sabido crear personajes coherentes, muy reales que evolucionan a la par que la trama creando una combinación perfecta.
Y como protagonista indiscutible, Nicolas Valdés. Un inspector brillante pero que se autocompadece demasiado.  Se implica tanto en su trabajo que se lleva los problemas a casa lo que le hace arrastra una gran carga emocional que, unida a la presión mediática del caso y la presión que él mismo se impone, hace que se muestre en algunos momentos abatido y derrotado o que reaccione de manera incoherente en otros...

Para finalizar destacar que si en las anteriores entregas nuestro asesino repasaba algunos de los asesinos más famosos de España, en esta última entrega, Fernando se nos muestra como un gran lector de novela negra. Creará sus escenarios basándose en algunas de sus novelas preferidas de grandes autores de nuestro tiempo, autores a los que el autor también admira como ya ha dicho muchas veces. Entre ellos Juan Gómez-Jurado, Dolores Redondo, Cesar Pérez Gellida…

No morirás es una novela negra trepidante. Con unas descripciones de escenarios muy reales, giros argumentales perfectamente planificados desde el principio y la rigurosidad del procedimiento policíaco, Blas logra que te mantengas pegado a sus páginas y contengas el aliento esperando el desenlace.
Un libro que no soltarás hasta terminarlo.

Impactante cierre de la trilogía del descuartizador de Mors.

Esta novela cierra con brillantez el tríptico iniciado por "No matarás" y continuado por "No robarás", en el que el inspector Nicolás Valdés y sus compañeros persiguen a un inteligente y sanguinario "psychokiller" que ha tenido gran impacto en la novela policiaca española reciente. Esta última entrega mantiene e incluso eleva el nivel de las anteriores, con las dosis perfectas de intriga y emoción.

Empiezo esta reseña con el firme propósito de no desvelar detalles importantes de la trama a quienes no conozcan las dos primeras entregas de la trilogía. Aunque lo más recomendable es haberlas leído antes de abordar este libro, he llegado a la conclusión de que también podría leerse por sí mismo.
"No morirás" es la historia de la caza contrarreloj de un violento asesino psicópata conocido como "el mutilador de Mors", por ser esta población el lugar donde empezaron sus crímenes. Guiado en principio por lo que él considera una justa venganza, este criminal está a la fuga y siendo perseguido por el inspector Nicolás Valdés y su equipo policial. al comienzo de la novela, Valdés se encuentra ausente, atormentado por hechos terribles sucedidos en la entrega anterior. Sin embargo, sucesos de enorme gravedad hacen que vuelva a incorporarse a la caza de este frío y astuto criminal, que vuelve a retar a sus perseguidores con crímenes aún más atroces y enigmáticos que los anteriores.
Ruiz Grau destaca, como en las novelas anteriores, por el detalle en la descripción del trabajo policial y criminal, que revela una minuciosa tarea de investigación previa, pero sobre todo por la construcción psicológica de los personajes, tanto policías como criminales. El emocional Nicolás, el gracioso Alfonso, la impulsiva Alicia... son personajes que van creciendo y evolucionando para el lector, que va conociendo los matices de su carácter y cómo las terribles experiencias que viven los moldean.
El otro pilar de la novela es la construcción de la intriga, el juego de motivaciones e impulsos tanto de los criminales como de los policías. En este caso es más personal que nunca, al estar en juego la vida de una persona muy querida por Nicolás. En el caso del mutilador, en esta novela tendrá un nuevo y joven cómplice que lo ayudará en sus crímenes, y también el retorno inesperado de alguien a quien no veíamos desde la primera novela, y que tendrá apariciones breves, pero cruciales.
¿Cuál es la excusa del mutilador para reemprender su carrera criminal, más de un año después de los hechos de la novela anterior? Sin desvelar detalles, diré que una de las cosas más bonitas de este libro es el homenaje que hace a la novela negra y policiaca española, con menciones a autores de género de las investigaciones criminales, más clásicos o más nuevos; novela de novelas, en esta trilogía siempre han tenido importancia las menciones de libros y canciones que configuran el mundo de sus personajes, pero en esta tercera entrega se hacen fundamentales en la construcción de la historia.
En conclusión, una novela muy recomendable, que mantiene en tensión a quien la lea y se devora en un suspiro, a pesar de tener cierta extensión. Un cierre fabuloso a la trilogía del mutilador de Mors, cuyo final nos hace concebir esperanzas de saber más en el futuro sobre otras investigaciones del inspector-jefe Valdés y sus compañeros de Canillas.

Es la tercera entrega de la saga entre el Mutilador de Mors y el inspector Valdez.

La historia comienza un año después de los sucesos del segundo libro, donde el Mutilador de Mors vuelve a dar noticias y hace que el inspector Valdez salga de su “encierro”.

Nuevamente el Mutilador de Mors nos tiene atentos y ahora con 72 horas para que el inspector Valdez pueda atraparlo o de lo contrario, perderá a su antiguo amor.

La historia es a un ritmo vertiginoso, con nuevos personajes, con nuevas historias personales, que hacen pensar que, a parte de su trabajo, hay una vida personal y sentimientos que no puedes dejar a un lado, además que la historia tiene buenos giros argumentales, donde echa abajo todas las suposiciones que uno se hace y te deja asombrado.

Sin lugar a dudas, es un digno final para esta trilogía y para los amantes de este género de thriller, suspenso y policiaco, les va a gustar.

Terminada la saga No y con unas muy buenas sensaciones.

Como ya he dicho en las reseñas de las otras dos partes me ha encantado el personaje del “malo”. Para mí es sin duda el punto fuerte de esta historia. Un psicópata con mayúsculas, perfectamente caracterizado, que remueve constantemente el relato con su demencial y enrevesado plan.

Además, cuenta con unos personajes “buenos” que con su historia personal terminan de completar la trama de esta novela. En este punto tengo que decir, que para mí me ha gustado mucho más el personaje de Alfonso, aunque pueda considerarse el segundón. Sin embargo, Nicolás me ha terminado por caer un poco mal, supongo que es cuestión personal.

Respecto a la narración, tengo que decir que me gusta muchísimo la forma de escribir de este autor. Es un gustazo leer sus diálogos, sencillos y realistas, sin florituras que los hagan parecer artificiales. Por ejemplo, cuando hablan los dos policías se ve el colegueo que existe entre ellos, conversaciones que te puedes creer sin duda alguna.

El final como siempre me ha sorprendido, aunque en cierta forma lo esperaba o deseaba que se desarrollara de esa forma. Aun así, no me deja de sorprender la cantidad de recursos que tiene el autor para organizar la trama como lo hace, los giros y la intriga no dejan de sucederse hasta el último momento.