Ahora, en cambio, Franz Tunda era un joven anónimo, sin importancia, sin título, sin dinero y sin profesión, apátrida y sin ningún derecho.
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Ahora, en cambio, Franz Tunda era un joven anónimo, sin importancia, sin título, sin dinero y sin profesión, apátrida y sin ningún derecho.
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Le parecía que era en París donde estaba su sitio, y su decadencia. Vivía del olor de la putrefacción y se alimentaba del lodo, respiraba el polvo de las casas en ruinas y escuchaba con fascinación el canto de los gusanos en la madera.
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La monarquía austrohúngara se había desintegrado. Ya no tenía patria. Su padre había muerto siendo coronel; también su madre había muerto hacía tiempo.
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Las mujeres con quienes nos encontramos excitan más nuestra fantasía que nuestro corazón. Amamos el mundo que ellas representan, y el destino que significan para nosotros.
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Había luchado un año y medio por una gran revolución. Pero ahora se daba cuenta por primera vez de que no se hacen revoluciones "contra la burguesía", sino contra los panaderos, contra los camareros, contra los dueños de pequeñas verdulerías, insignificantes carnicerías y criados de hotel sin ningún poder.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises