Las coincidencias eran siempre inquietantes.
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Las coincidencias eran siempre inquietantes.
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La última vez que nadas en el mar. La última vez que bailas con alguien. La última vez que haces el amor.
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Sé consciente de lo que posees, no pierdas el tiempo, no te quejes, eres rica, eres tan rica en juventud y en futuro. Aprovecha porque un día te despertarás y serás vieja.
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El amor te envenenaba, te embrutecía, te hacía cometer todo tipo de tonterías y desmesuras.
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O quizá las obsesiones se disfrazaban con la apariencia del amor para parecer algo más bello que un simple desequilibrio mental.
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El servicio mínimo, dos horas, costaba trescientos euros, hotel incluido. Las mujeres, perdiendo, como siempre: Los putos eran más caros que las putas.
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La vida es un pequeño espacio de luz entre dos nostalgias: la de lo que aún no has vivido y la de lo que ya no vas a poder vivir.
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Durante los primeros días que estuvo en el asilo lloraba a menudo. Pero era por la fuerza de la costumbre. Al cabo de unos meses habría llorado si se la hubiera retirado del asilo. Siempre por la fuerza de la costumbre.
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La vida es un pequeño espacio de luz entre dos nostalgias: la de lo que aún no has vivido y la de lo que ya no vas a poder vivir.
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El amor te convertía en un ser patético
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¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?