Tengo que cambiar las tarjetas. Reducirme a S., o usar el Ortega de mamá y dejar el tuyo en una G., o ni eso, borrado. Segismundo García: ya nos vale, viejo. España se ha tragado muchos millones de Garcías, sin importarle que tuviesen nombres raros como Segismundo con los que sus padres habían pensado singularizarlos. Segismundo García, qué ridículos somos. Debería cambiar las tarjetas o cambiarme el nombre, no sé qué me da más pereza.
|