El fabricante de muñecas

¿Os imagináis una historia ambientada en la segunda guerra mundial en la que haya un toque de magia?

"El fabricante de muñecas" nos trae justamente eso, una ambientación que es la preferida de muchísima gente a la hora de leer y a la que se le añade un toque mágico, inocente e infantil. Desde luego es una novela que todo el mundo debería dar una oportunidad.

Como toda historia donde el nazismo juega un papel importante, es muy triste. Te encariñas muchísimo de los personajes y sufres con cada cosa que les pasa. Te deja esa sensación final de "qué triste lo que estoy leyendo pero a la vez, qué bonito es". Ya sea un adulto quien lo lea o una persona joven, el mensaje transmitido llega por igual. No se es demasiado mayor para leer una novela de este estilo ni tampoco se es demasiado joven, la enseñanza que tiene sobre tolerancia y todo lo que ocurre en estas páginas debería ser leída por todos. Y esque no hay mejor manera de ver el mundo que a través de alguien inocente y de corazón puro como es, en este caso, nuestra pequeña Karolina.

Si tengo que poner una pega es que, la primera mitad del libro se me hizo un poco lenta y, como fui a ciegas sin saber de qué iba, también se me estaba haciendo bastante tediosa la historia. A partir de la mitad la lectura coge mucho ritmo, empieza a haber bastante acción y ya es complicado soltar sus páginas.

El libro se desarrolla en dos tiempos; La ciudad de Cracovia y el otro el País de las muñecas. Es una novela con la que sin duda sufres, con la que vuelves a vivir el horror del Holocausto. Ha sido como disfrazar todo a través de los ojos de una muñeca que habla. Es como un cuento o una historia fantástica. Me ha enganchado porque además es una historia que avanza rápido, su vocabulario es bastante sencillo. Sin embargo, a pesar de lo que cuenta; el horror del nacismo, el libro me ha gustado.

Así se despide la autora de este libro, haciéndonos una petición. Un petición que, corriendo los tiempos que corren, es más necesaria que nunca.

He de admitir que “El fabricante de muñecas” llegó hasta mí de manera totalmente accidental. Nunca había oído hablar de este libro, ni de esta autora, ni de la trama. Simplemente apareció como recomendación en Goodreads, leí la sinopsis y… bueno, siguiendo un impulso lo compré… y cómo me alegro de haberlo hecho.

“El fabricante de muñecas” me ha recordado mucho a novelas como “El niño con el pijama de rayas”, ya que sitúa la trama en la Segunda Guerra Mundial, pero contada desde un punto de vista muy tierno e inocente, concretamente desde el punto de vista de una muñeca. Quizá sea este el hecho lo que ha provocado que la historia me pareciera más dura aún. Ver cómo había cosas que el lector intuía o sobreentendía, pero que personajes como la muñeca o los niños no sabían o entendían, era realmente desolador y duro.

Para poneros en situación, la historia comienza cuando el alma de Karolina -una muñeca- llega al mundo de los humanos gracias a la magia de un fabricante de muñecas -Cyril-. Karolina viene desde la Tierra de las Muñecas, un lugar que ahora está en guerra porque las ratas lo han invadido y, no mucho tiempo después de su llegada al mundo de los humanos, tiene lugar la invasión de los alemanes a Polonia en la Segunda Guerra Mundial. Cyril es mitad alemán, por lo que puede aceptar su identidad alemana y así tener derecho a una mayor porción de racionamiento de la comida, cosa a la que accede para así poder ayudar a un amigo judío y a su hija.

Hasta aquí la historia puede parecer incluso bonita, ya que nos presentan una situación difícil en la que alguien bondadoso decide ayudar a otros… pero es justo aquí cuando empieza a volverse cruel. Como era de esperar para los lectores, los alemanes empiezan a encerrar a los judíos en guetos y, posteriormente, los envían “a un lugar desconocido” (los campos de concentración). Cyril decide ayudar con su magia a su amigo judío y a su hija, transformando en muñeca a la hija de este y a unos cuantos niños judíos más. Así que consigue introducirse en el gueto y sacar a los niños-muñecos de allí metidos en una casa de muñecas.

Una vez más, parece que la historia va por buen rumbo, pero en medio de todo esto aparece la figura de Brandt, un soldado nazi que comparte las mismas habilidades mágicas que Cyril, solo que Brandt decide usar su magia para imponer la ideología nazi, no para ayudar. Brandt quiere que Cyril colabore con él para deshacerse de los judíos y que así Alemania pueda triunfar sobre el resto del mundo, pero cuando se entera de que Cyril ha ayudado a los judíos, ordena que lo arresten… y aquí es cuando todo va cuesta abajo y sin frenos.

Cuando llegué a esta parte de la trama, sabía lo que le deparaba inevitablemente al fabricante de muñecas, lo que no sabía era lo duro que me iba a resultar leerlo. Y no, la autora no nos describe lo que le hacen los nazis, ni siquiera lo dice explícitamente; es más, voy más allá, ni siquiera menciona las cámaras de gas. Recordemos que la historia está contada desde el punto de vista de Karolina, y ella no sabe tal información. Simplemente nos describe una escena muy emotiva y triste en la que Cyril y Karolina se despiden una vez han llegado a Auschwitz; pero lo más duro no es eso, sino ver cómo un soldado le dice al fabricante que volverá a encontrarse con su muñeca una vez se haya duchado. Karolina realmente se lo cree, pero Cyril sabe muy bien a dónde se dirige… y el lector también. No hace falta mencionar que Cyril y Karolina nunca vuelven a encontrarse, ¿verdad? Karolina se pasa años en una pila junto a otros juguetes abandonados que pertenecían a personas que también murieron allí, hasta que su recipiente está demasiado desgastado y no puede contener su alma más tiempo. Entonces, llega la hora de que vuelva a la Tierra de las Muñecas.

El único rayo de luz que se atisba al final de la historia es cuando, mientras vuela hacia la Tierra de las Muñecas, Karolina ve que la guerra ya ha acabado y que, poco a poco, la gente está volviendo a recuperar su vida. Entre esa gente se encuentra Rena, la hija del judío a la que salvó Cyril, la cual ya no es una niña, sino una joven muchacha. Mientras tanto, en la Tierra de las Muñecas, al igual que en el mundo de los humanos, la guerra también ha acabado y los supervivientes están intentando volver a recuperar sus vidas. Un paralelismo de ambos mundos que se mantiene vivo durante toda la trama y que nos muestra que las guerras no entienden de razas, ni de idiomas, ni absolutamente de nada… las guerras afectan a todos por igual (incluso a los muñecos en este caso).

Me ha parecido una novela totalmente fascinante, no por las descripciones de lo que sucedía, sino, quizá, por la carencia de ellas. Es decir, por la inocencia con la que todo se contaba. Creo que hacen falta en el mundo muchas más lecturas así; lecturas que nos recuerden los fallos que hemos cometido a lo largo de la historia y que no debemos repetir, pero a la vez contado con tanta ternura e inocencia que haga que el mensaje llegue aún más directo al corazón.

Es un libro bastante cortito (256 páginas) y se lee de manera muy ágil y amena, por lo que creo… no, no creo, estoy completamente convencida de que debería ser una lectura obligatoria en institutos. Seguro que no dejaría a nadie indiferente, ni a niños, ni a profesores.
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La verdad es que lo primero que nos ha llamado la atención de este libro ha sido su portada, que es maravillosa. Y con ese título, no nos hemos podido resistir, y nos hemos encontrado con que es un libro que se nos va a quedar grabado durante mucho tiempo.



La historia de esta novela empieza poco después de acabar la Primera Guerra Mundial, y avanza hasta la Segunda Guerra Mundial. El fabricante de muñecas es un veterano de guerra que ha perdido una pierna y ahora tiene "una pata de palo" hecha por sí mismo.

Karolina es una muñeca que viaja al mundo de los humanos después de que su país haya sido invadido. El personaje de Karolina es un personaje muy bonito, con mucha energía, esperanzador, que no tiene miedo de decir lo que piensa, y que quiere muchísimo a sus amigos.

Una vez que comienza la Segunda Guerra Mundial, todo cambia en sus vidas, ya que no pueden seguir siendo amigos del violinista y de su hija, o tendrán que atenerse a las consecuencias de ser "enemigos" de Alemania.

Juntos van a sufrir muchas situaciones desagradables, pero también encontrarán otras muchas que, de alguna manera, les darán esperanza, y podrán soñar con que la guerra acabe y todo vuelva a la normalidad.

Esta historia nos introduce en la Polonia invadida por la Alemania nazi, contándonos la historia de la Segunda Guerra Mundial de una manera un poco edulcorada en un mundo en el que aún hay esperanza para aquellos que aún creen en la magia. A pesar de que en ningún momento niegan la crueldad utilizada por las tropas de las SS contra el pueblo judío.

Es una historia que puede hacer reflexionar mucho al ser humano, y como dice la autora en una nota: Por favor, sed valientes. Por favor, no dejéis que vuelva a pasar.
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La historia al principio es un poco lenta, pero conforme iba avanzando me iba gustando más.
Ciryl Brzezick (el fabricante de muñecas) es un hombre callado y solitario pero eso cambia cuando conoce a Karolina, la muñeca que él estaba tallando y que cobra vida. Los dos se hacen amigos de el señor Jozef Trzmiel y su hija Rena que son judíos, es aquí cuando empieza una amistad de verdad, tanto que llegan a considerarlos como de la familia. Cuando estalla la segunda Guerra mundial y empieza la persecución a los judíos es cuando el fabricante de muñecas y Karolina demuestran de verdad hasta que punto quieren a Jozef y Rena.
Este libro se centra en lo importante que llegan a ser las personas, en lo fuerte que pueden ser los lazos. En que cuando se cree en la magia casi todo puede llegar a ser posible. Nos enseña que aunque todo esté en contra y rodeado de maldad, el gesto de una persona puede salvar vidas.
No se nos puede olvidar nunca lo que pasó en aquel tiempo y nunca debería repetirse.
El libro acaba con una nota de la autora explicando porque escribió esta historia y con una cronología en fechas desde la primera guerra mundial hasta que acabó la segunda.

No recuerdo exactamente como descubrí este libro, pero lo que si reconozco que quizá pudo llamar mi atención su hermosa portada.

Karolina (qué hermoso nombre), es una muñeca que llega al mundo de los humanos, mientras ella huye de una guerra en el mundo de las muñecas. Solo para darse cuenta de que los dos mundos no son tan diferentes, en ambos mundos existen personas mágicas y en ambos mundos existe la guerra.

No encontré este libro en el género infantil, pero basta con leer la primera página para entender que fue escrito para todo tipo de público. Desde mi punto de vista este es un buen libro para niños mayores de 10 años para introducirlos a la historia de la segunda guerra mundial. Incluye fantasía y magia, además de que contiene fechas reales de los sucesos.

Inclusive al final del libro se incluye una cronología de los hechos.

La autora nos presenta (y es que yo no los conocía) a personajes de la mitología eslava.

Es una historia de fácil lectura, bella y dulce, aunque es difícil encontrar la belleza en una situación así.

El holocausto fue una etapa muy dolorosa y vergonzosa para la humanidad ¿cómo se pudo permitir que pasara eso?

Lo que nos queda es aprender de la historia, y no cometer los mismos errores.
Enlace: https://brimbooks.blogspot.c..

“Robarle a un hombre su música era una crueldad.” ~ El fabricante de muñecas de R. M. Romero.

Karolina es una muñeca que en la Tierra de las Muñecas es costurera. La guerra estalla en su mundo y Karolina es arrastrada por un viento mágico al mundo real donde cobra vida al lado del Fabricante de Muñecas, un mago juguetero. Es Cracovia, justo en el comienzo de la II Guerra Mundial.

al lado del fabricante de Muñecas, Karolina hace nuevos amigos; entre ellos Rena, una niña judía que vive con su padre músico Jozef, pero conoce a un soldado de las SS, también mago, que descubre que Karolina está viva. La vida de todos se complica con el arresto de los judíos y su traslado a los campos de concentración.

Realmente no se por dónde comenzar la valoración de este libro porque la mezcla magia y holocausto nazi no combina en mi mente. Es imposible que no se te encoja el corazón, por mucha dulzura y magia que le quieras poner a la narración, cuando se escribe sobre el holocausto; no puedo separar las imágenes que todos hemos visto mil veces y endulzarlas ni con juguetes, ni con muñecas, ni con magos.

Intentaré valorarlo como un cuento y como tal me ha parecido bonito. Me ha gustado el paralelismo y la comparativa que la muñeca va creando entre los dos mundos: el de fantasia, destruido por las ratas, y el real, destruido por los nazis; pero sobre todo por el hecho de poner en evidencia que siempre podemos elegir en qué bando posicionarnos.

Lo mejor de todo el libro son las palabras finales de la autora: “Podemos decidir participar en actos de odio, o apartar la mirada… o aliviar el dolor que vemos en el mundo con valor y bondad.
Por favor, sed buenos.
Por favor, sed valientes.
Por favor, no dejéis que ocurra de nuevo.”

No he conectado nada con esta obra, ese estilo tan infantil de la narración para mí ha sido insufrible. Pensé que podría ser un enfoque interesante al drama de la II Guerra Mundial, pero me ha resultado pueril y frívolo.

Es una novela que combina la ficción histórica con la fantasía, no profundiza mucho en la historia pero nos pone en contexto como va avanzando la guerra según el nivel de desprecio hacia los judíos, los polacos o hacia todo aquello que no sea alemán.Aunque si tuve algunos problemas con el enfoque de la historia, que puedes leer en la reseña del blog:
Enlace: https://bit.ly/37I29bm

Acabo de terminar de leer este libro hace un rato y... de primeras solo decir que me ha parecido maravilloso.
Un libro que habla sobre la Segunda Guerra Mundial, pero la conoceremos a través de los ojos de una muñequita de madera, Karolina. Una muñeca que llega al mundo de los humanos para intentar salvar su mundo, que a su vez, esta siendo arrasado por las ratas.
Una historia narrada de forma mágica y aunque es desgarradora, como todas las historias que tratan sobre el holocausto, también hay amistad que prevalece pese al miedo, amor y lucha.
No puedo más que recomendaros este libro, porque como bien dice su autora al final, estas historias nos tienen que servir para que nunca dejemos que estos actos se lleguen a repetir.
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