La historia al principio es un poco lenta, pero conforme iba avanzando me iba gustando más. Ciryl Brzezick (el fabricante de muñecas) es un hombre callado y solitario pero eso cambia cuando conoce a Karolina, la muñeca que él estaba tallando y que cobra vida. Los dos se hacen amigos de el señor Jozef Trzmiel y su hija Rena que son judíos, es aquí cuando empieza una amistad de verdad, tanto que llegan a considerarlos como de la familia. Cuando estalla la segunda Guerra mundial y empieza la persecución a los judíos es cuando el fabricante de muñecas y Karolina demuestran de verdad hasta que punto quieren a Jozef y Rena. Este libro se centra en lo importante que llegan a ser las personas, en lo fuerte que pueden ser los lazos. En que cuando se cree en la magia casi todo puede llegar a ser posible. Nos enseña que aunque todo esté en contra y rodeado de maldad, el gesto de una persona puede salvar vidas. No se nos puede olvidar nunca lo que pasó en aquel tiempo y nunca debería repetirse. El libro acaba con una nota de la autora explicando porque escribió esta historia y con una cronología en fechas desde la primera guerra mundial hasta que acabó la segunda. |