La mujer del retrato

Conocemos a Concepción Arenal por sus tratados sobre las prisiones, los huérfanos y la educación de las niñas, pero esta novela gráfica nos acerca al origen de Conchita, a su infancia y su juventud, donde se fraguaron las ideas que surgirían después.
Nació en Ferrol pero al fallecer su padre, al que estaba muy unida, la familia se mudó a un pueblito de Liébana donde vivía su abuela paterna. Allí vivió los años más felices, jugando con su perra y disfrutando de la naturaleza y de la gran biblioteca que tenían en casa. Lectora voraz y autodidacta, no había materia en la que no estuviese interesada. Pero su felicidad acabó el día que se mudaron a Madrid, para que pudiera recibir una educación adecuada a una señorita (coser y buscar marido). Pero Conchita no estaba dispuesta a eso, ella necesitaba más, no quería ser ese tipo de mujer.
Una figura importante en la historia del feminismo en nuestro país, que mejoró las condiciones de los presos, luchó por la mejora de los derechos laborales de las mujeres, y aprendió a vivir su vida como quiso.
Me ha gustado bastante esta novela gráfica, cuando la elegí no sabía que trataba sobre la vida de Concepción Arenal y me ha encantado saber más sobre esta figura de nuestra historia.

¿Conocéis a Concepción Arenal? Concepción Arenal (1820-1893) fue una de las primeras mujeres que impulsaron el feminismo en España. Una gran pensadora que tuvo que padecer la opresión de la época contra las mujeres. Estudiar era por aquel entonces cosa de hombres. Ella luchó contra las normas sociales de entonces y se cultivó mediante el estudio. Disfrazada de hombre acudió a la universidad a tomar lecciones de Derecho. Se convierte en una experta en la materia. Fue visitadora de prisiones y luchó por los derechos de los presos, ayudando a mejorar las condiciones en las que se encontraban.
Escribió varios ensayos feministas como “La mujer del porvenir”.

Lo que hoy os traigo es un cómic ilustrado por la tataranieta de Concepción, Teresa Novoa, y escrito por Mónica Rodríguez. Se trata de “La mujer del retrato. Concepcion Arenal. Vida posible de una niña pelirroja”, donde se nos narra la vida de Concepción Arenal cuando tan solo era una niña pelirroja que ansiaba acceder al conocimiento y no entendía por qué las mujeres no tenían las mismas opciones, ni oportunidades que los hombres. Una joven que según fue creciendo no se sentía mujer, pero tampoco hombre. No encajaba con lo que se suponía debía ser cada género en la época que le tocó vivir, por lo que ella fue un ser diferente, fue única y luchó por ser libre, por hacer todo aquello que siempre quiso hacer, por la igualdad entre hombres y mujeres.
Una historia de lo más interesante de una gran mujer, pionera por sus ideales y referente para nuestros días.

Con la voluntad de ofrecer una biografía bien documentada en forma de cómic para todas las edades, La mujer del retrato no es otra que la tatarabuela de la ilustradora del libro Teresa Novoa. Y todavía hay más, la protagonista es Concepción Arenal, una de las mayores pensadoras y escritoras del siglo XIX.

El libro recorre algunos de los episodios más destacados de esta mujer desde su infancia en Salvador de Leiro hasta la muerte de su madre. A destacar la buena relación que tenía con su abuela y cómo la muerte de su padre truncó algunos de sus proyectos. Uno de los motivos de iniciar el libro desde los primeros años de esta mujer excepcional es para acabar con la imagen serie y severa con la que Arenal solía aparecer en los retratos. Sin embargo, es a ella a quien le debemos la revisión de muchos de los principios sociales imperantes en aquella época como el machismo, la opresión de las clases bajas y el limitado acceso a la cultura. Su pasión por la cultura era tan fuerte que además de dedicarse al Derecho fue periodista, poeta, dramaturga y precursora del Trabajo Social al visitar prisiones de mujeres y denunciar las situaciones denigrantes que allí sufrían, así como condenó la pobreza y la mendicidad.
Concepción fue desde niña muy consciente de que no todos gozaban de los mismos derechos y gracias a la lectura amplió su visión del mundo. Nadie podía augurar en aquel momento que esa niña se convertiría en una referencia para la defensa de la visibilización de las mujeres en el ámbito intelectual de nuestro país. Además, el libro nos ayudará a conocer muchos datos históricos del siglo XIX como la persecución y exilio que padecieron los liberales, las tertulias literarias, los casinos que eran el escenario de importantes debates y otros sucesos que explican el porqué de los cambios sociales e ideológicos que marcaron la primera mitad del siglo XIX español.

También es una oportunidad de conocer cómo se fueron gestando los ideales de una Concha que supo vencer las dificultades hasta convertirse en la inspiración para mujeres de nuestro tiempo. Una lectura que no resultará indiferente y con la que experimentaremos rabia, indignación y también esperanza.
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