La mujer del retrato

Conocemos a Concepción Arenal por sus tratados sobre las prisiones, los huérfanos y la educación de las niñas, pero esta novela gráfica nos acerca al origen de Conchita, a su infancia y su juventud, donde se fraguaron las ideas que surgirían después.
Nació en Ferrol pero al fallecer su padre, al que estaba muy unida, la familia se mudó a un pueblito de Liébana donde vivía su abuela paterna. Allí vivió los años más felices, jugando con su perra y disfrutando de la naturaleza y de la gran biblioteca que tenían en casa. Lectora voraz y autodidacta, no había materia en la que no estuviese interesada. Pero su felicidad acabó el día que se mudaron a Madrid, para que pudiera recibir una educación adecuada a una señorita (coser y buscar marido). Pero Conchita no estaba dispuesta a eso, ella necesitaba más, no quería ser ese tipo de mujer.
Una figura importante en la historia del feminismo en nuestro país, que mejoró las condiciones de los presos, luchó por la mejora de los derechos laborales de las mujeres, y aprendió a vivir su vida como quiso.
Me ha gustado bastante esta novela gráfica, cuando la elegí no sabía que trataba sobre la vida de Concepción Arenal y me ha encantado saber más sobre esta figura de nuestra historia.