Yo lo veo como una especie de equilibrio. Se nos ha dado más, o lo que ya teníamos ha emergido para que podamos equilibrar la oscuridad y la muerte. Ayudar a reconstruir, ayudar a reestructurar el mundo con más luz. Más bondad, más tolerencia.
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Yo lo veo como una especie de equilibrio. Se nos ha dado más, o lo que ya teníamos ha emergido para que podamos equilibrar la oscuridad y la muerte. Ayudar a reconstruir, ayudar a reestructurar el mundo con más luz. Más bondad, más tolerencia.
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En la lucha por las vacunas, la distribución se realizó a través de complejos y desesperantes cauces. Los retrasos incitaron revueltas, saqueos y violencia. Poco importó, ya que las vacunas resultaron ser tan ineficaces como las fraudulentas curas que se vendían por Internet. Los jefes de Estado del mundo entero pidieron calma y llamaron al orden, prometieron ayuda y hablaron de política. Los colegios cerraron, e innumerables negocios clausuraron sus puertas cuando se animó a la gente a limitar el contacto con los demás. La venta de mascarillas y guantes quirúrgicos, medicamentos con y sin receta para la gripe, lejía y desinfectantes se disparó. |
Lo soy. Por fin lo soy y tengo lo que siempre ha sido mío. La humanidad ha muerto. Yo me alzo sobre su putrefacto cadáver y soy yo mismo. Somos nosotros mismos. Ahora somos lo que vive.
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Las crisis apocalípticas sacan lo mejor y lo peor de las personas. A veces ambas cosas. Y en ocasiones, esas crisis apocalípticas no surten efecto en ciertos tipos. Lo que significa que los gilipollas siguen siendo gilipollas, sin importar cuales sean las circunstancias.
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-Yo tengo una teoría -intervino Arlys-. Las crisis apoteósicas sacan lo mejor o lo peor de las personas, a veces ambas cosas. Y en ocasiones, esas crisis apocalípticas no surten ningún efecto en ciertos tipos. Lo que significa que los gilipollas siguen siendo gilipollas, sin importar cuales sean las circunstancias.
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A su espalda, la sangre del pájaro empapó la helada tierra, como calentada por una llama. Y palpitó mientras la capa se afinaba, se agrietaba.
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Nunca lo consiguieron, y tampoco dieron con los espíritus ni las hadas que los jóvenes sabían que deambulaban por el bosque. Si bien, durante una aventura de medianoche, cuando hasta el aire contenía la respiración, Ross juró que había sentido una oscura presencia, había oído el susurro de sus alas e incluso olido su fétido aliento.
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—Tienes que mantener la calma. Vamos a superar esto. —¿Vamos? ¿Vamos? Dame unas tenazas, dame unas puñeteras tenazas para que pueda arrancarte un par de dientes sin anestesia y entonces podrás decir «vamos». No me digas que mantenga la cama, jodido chiflado... Ay, Dios. ¡Ay, Dios, aquí viene! |
No pienses, no reacciones, se ordenó. Había visto parir a las vacas y a las yeguas. Había... ¡Madre del amor hermoso!
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—La primera vez que practicaste sexo. —Venga ya. —Hablo en serio. Estás a punto de examinarme la vagina. —Enarcó las cejas cuando Simon hizo una mueca—. Si vas a examinármela, no debería escandalizarte que la llame por su nombre. Y comparado con eso, te he hecho una pregunta muy normalita. |
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?