Año uno de Nora Roberts
En la lucha por las vacunas, la distribución se realizó a través de complejos y desesperantes cauces. Los retrasos incitaron revueltas, saqueos y violencia. Poco importó, ya que las vacunas resultaron ser tan ineficaces como las fraudulentas curas que se vendían por Internet. Los jefes de Estado del mundo entero pidieron calma y llamaron al orden, prometieron ayuda y hablaron de política. Los colegios cerraron, e innumerables negocios clausuraron sus puertas cuando se animó a la gente a limitar el contacto con los demás. La venta de mascarillas y guantes quirúrgicos, medicamentos con y sin receta para la gripe, lejía y desinfectantes se disparó. |