No había sitio para dioses ni reinas en aquella frase. Según aquella creencia cada hombre, cada ser humano, cada persona se ganaba la vida en lugar de vivirla. Cuanto más aprendía acerca de aquella era moderna, más la consideraba un tiempo de gobernantes ineptos que velaban poco por sus súbditos, o de demasiados gobernantes para que alguno de ellos gobernara eficientemente.
|