"A esto se refiere Cortázar en su carta a Arreola del 20 de septiembre de 1954: "Ya habrá observado que uno de los problemas más temibles de los cuentos es que los lectores tienden a leerlos con la misma velocidad con que devoran los capítulos de una novela. [...] Naturalmente, la concentración especial de todo cuento bien logrado se les escapa. El resultado es que los cuentos se olvidan. ¿No deberíamos fundar una escuela para educación de lectores de cuentos? Empezando por quitarles de la cabeza todas las ideas recibidas que existen desgraciadamente sobre la materia, rehaciendo les la atención, la percepción y hasta los reflejos", dice Cortázar." (Pág.110).