“Las palabras lo pueden todo. Y yo he escrito las mías.” ✏️ Antes de comenzar esta reseña me gustaría dar las gracias al equipo de Babelio por su iniciativa “Masa Crítica” y a Liana editorial por el envío del ejemplar. ✏️ Me llaman mucho la atención las historias profundas, las que hablan de sentimientos, con personajes “rotos” o perdidos que necesitan encontrar su lugar en el mundo. Por eso, sentí que esta historia era para mi. ✏️ El señor T, “el majareta” de la residencia, llega a la vida de Sara cuando más lo necesita. La separación de sus padres, el recuerdo de un accidente que dejó cicatrices por todo su cuerpo y la discusión con su mejor amiga a causa de un chico, han hecho mella en su comportamiento. Sara parece más sola que nunca, incapaz de transmitir aquello que siente, incapaz de hablar de forma sincera a sus seres queridos. ✏️ Tras ser descubierta pintando un grafiti en la fachada de su instituto Sara tendrá que realizar labores de voluntariado en una residencia y será allí donde descubra, de la mano de un misterioso anciano, otra forma de enfrentarse al mundo. ✏️ Muy curiosos son los inicios de capítulo pues cada uno de ellos comienza con una letra del abecedario hebreo junto con la explicación de su significado y una ilustración de la protagonista adoptando la forma de dicha letra. En ocasiones sus posturas resultan similares a las de una clase de yoga. Los colores empleados en estas páginas me han encantado, me han transmitido paz y armonía, así como las expresiones faciales de la protagonista que transmiten su necesidad de seguir adelante. ✏️El momento en el que el lector conoce al señor T, resulta interesante, pues al igual que le ocurre a la protagonista, puede parecernos difícil etiquetarlo como alguien enfermo que ha perdido la memoria o la razón. Más bien recuerda a una persona mayor contando batallitas o trasmitiendo enseñanzas a alguien más joven. Más adelante, la empleada de la residencia se encargará de recordarnos que está majareta. Comentario que durante la lectura me ha parecido deplorable. ” No es más que un anciano confundido. No des cuerda a sus rarezas “ ✏️ La relación entre los dos protagonistas va forjándose día tras día. Durante sus visitas a la residencia el señor T enseña a Sara el abecedario hebreo, el significado de cada letra o la fuerza de las palabras mediante mitos y leyendas de tradición judía. El carácter religioso, espiritual y simbólico de la obra es lo que menos he disfrutado. Términos como transmigración de las almas no son para mí. ✏️ al igual que las prisas. Odio que los hechos se desarrollen de forma acelerada. Con el paso de las páginas se hace evidente el cambio de actitud de la protagonista pero lo he sentido muy forzado al igual que la relación que empieza a surgir con un muchacho y la forma de recuperar la amistad de su amiga. Las conversaciones con el señor T terminan siendo escasas y poco profundas a pesar de resultar tan trascendentales para la protagonista. También he echado en falta algo más de sentimientos hacia el final de la historia cuando la enfermedad se hace evidente. ✏️ Sobre el estilo de dibujo tan solo puedo decir que resulta impresionante. Colorido, aunque en muchas ocasiones se empleen tonos fríos, y muy detallado. Fijarse en los paisajes y lugares es una delicia. ✏️ Las notas al final de la historia me han servido de ayuda para empatizar con Silvia Vecchini pues he podido entender la necesidad de la autora por mostrar el abecedario hebreo dándole tanto protagonismo. "Las palabras lo pueden todo" es una historia de superación, en la que se muestra que la edad no influye a la hora de crear lazos con otros. + Leer más |