Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
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Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
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Y el diablo, la horrible locura de hacer lo que no tiene utilidad alguna, estaba en mis dos ojos.
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Veinticuatro horas pueden pasar como un siglo de esperanzas para el hombre que aguarda al final un segundo de dicha.
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Cualquier persona tiene derecho a vengarse cuando la han herido.
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Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.