Hay que tener buen ojo para elegir lecturas y, en este caso, mi ojo ha sido de diamante :-D
Dada mi afición por las novelas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial y conociendo el buen hacer de esta autora, me sentí atraída de inmediato por el gancho de este libro que no es otro que una muchacha que trabaja de bibliotecaria y se convierte en francotiradora. ¿Lo más apabullante? Está basado en una persona real.
Posee una narrativa intensa, de palabra afilada y poderosa, perfecta para transmitir tanto la humanidad de la protagonista como la fiereza de sus circunstancias. El estilo de la autora es capaz de reflejar una visualización vívida de la batalla a pie de trinchera así como de la sociedad en la que se forja el carácter decidido y ambicioso de la protagonista,
Liudmila Pavlichenko.
¿Te imaginas que tu mundo perfectamente planificado de pronto estalle en guerra y se haga pedazos? Debe ser demoledor. Sin embargo, la vida de esta mujer me ha parecido increíblemente interesante. Pasa de ser una estudiante, trabajadora y de mente académica, empecinada en dejar atrás sus errores y luchar duramente por aprender, crecer, mejorar, en aras de su niño pequeño, a labrarse una reputación épica y aterradora entre hombres que denostan la presencia de una mujer en el frente.
A dos bandas, la novela juega con el tiempo de batalla, atiborrado de escenas de acecho, de técnica con el fusil, de desastres de mortero y metralla, de camaradería y también prevención respecto a los compañeros masculinos, y el viaje en 1942 a Estados Unidos en misión de petición de socorro para que el país apoyara de una vez a Europa contra Hitler. Esta parte de la novela tiene tintes de thriller con un enemigo en la sombra que pondrá a prueba a la protagonista y a los nervios de los lectores.
Mila sueña con labrarse un futuro académico y con ser la madre que su pequeño hijo necesita. de esas raíces tan fuertes, brota el espíritu que la llevará a destacar en el ejército cuando los alemanes invadan el entonces territorio ruso de los ucranianos. Me ha enganchado completamente porque la fluidez del texto hace identificarse rápidamente con las emociones y decisiones de Ludmila, con su rabia y su miedo, con su fascinante pericia y paciencia a la hora de dominar la terrible ciencia del francotirador experto. A su alrededor, como satélites que le rinden homenaje pero con su personalidad e importante papel, giran hombres buenos y malos, soldados, familia, compañeros, incluso figuras históricas. Reconozco que ese cruce con actores y políticos de la época ha resultado cautivador.
Tiene romance en dosis ajustadas. Me ha conmovido. A lo grande. No me esperaba que hubiera espacio para este tema en la trama y la autora ha sabido manejarlo para que surgiera de forma sutil y jugara su baza en los momentos convenientes. Hermoso y, no obstante, sabiamente justificado en un argumento donde prima el suspense, la guerra y la figura de la protagonista.
Toda la novela es altamente cinematográfica y el final no hace más que confirmarlo. Desde el detalle visual del terreno y la estrategia mortífera de la guerra, pasando por lugares inhóspitos o veladas de lujo, hasta el clímax épico en que Mila ha de enfrentarse contra sus adversarios una vez más de una forma letal y admirable. Pedazo de duelo.
Además, la autora cierra de maravilla todos los puntos de esta biografía novelada con intuición y destreza. Las relaciones de Liudmila, malas y buenas, se atan sin dejar cabo suelto y rinden honor a su trascendencia. La trama bélica alcanza su epifanía al más puro estilo de Hollywood. Se aprecian también las páginas de la nota de la autora que arroja luz a su documentación e interpretación de los hechos de una época y una heroína dignas de una película que yo, personalmente, disfrutaría con el corazón palpitante.
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