El beso de la mujer araña

Este libro era un eterno pendiente, pero no es un libro hecho para mi. NO me ha gustado nada...
No he debido ver la quinta esencia del libro. Es una historia en una cárcel argentina. En la misma celda están recluidos Molina - un homosexual arrestado por conducta inmoral y Valentín - un jefe de la resistencia.
Ahí vemos cómo van pasando el tiempo contándose películas que han visto. Valentín está estudiando y Molina suspira por salir para ver a su mamá enferma.
Luego vamos viendo otra historia encubierta, que no voy a relatar para no hacer spoiler. Pero el final, sin chicha ni limoná.
No me ha gustado, no es un libro para mi. Y no veré la película...

«Hay cosas que, para redondeártelas, que las veas como las estoy viendo yo…»
 
Molina y Valentín comparten celda en la cárcel y pasan las horas contándose películas. El primero es un ser sensible, reprimido y asustado, pura emoción y sentimiento, el segundo, más racional, un hombre más de actuar, un revolucionario. En estas largas conversaciones Molina se siente muchas veces atacado por Valentín, cree que menosprecia su relato o sus gustos, cuando lo único que hace es exponer sus ideas sobre las decisiones de los personajes o las situaciones de estos, cierto que sus palabras no son muy acertadas.
 
«—Pero ¿estás loco, llorar por eso?
—Voy…, voy a llorar…, todo lo que se me dé la gana»
 
                Molina quiere ser mujer, su homosexualidad reprimida lo hace tan vulnerable a lo largo del relato, me enternece este personaje y su sufrimiento. Según avanzaba la lectura, con tanto relato de películas, me desconcerté en las intenciones del autor, hasta que según va avanzando la historia veo que al entrar en los temas personales, me escama, no sé explicarme, pero los personajes se confunden, no se trata de la homosexualidad, que sí, sino de las intenciones que lleva uno de ellos con tanta historia. Y me pregunto, ¿por qué están juntos estos personajes en una celda? Son muy dispares.
                Debo releer esta novela en otra ocasión.
 
 

"El beso de la mujer araña" es una novela del argentino Manuel Puig. Se publicó en el año 1976. Se hicieron de ella varias versiones cinematográficas y teatrales.
La novela transcurre en una cárcel, en plena dictadura argentina. Los protagonistas son dos presos que se ven obligados a compartir una celda:Molina, homosexual encerrado por corrupción a un menor, y Valentín, preso por sus ideas políticas. En un principio son muy diferentes, ya que Molina es romántico y sentimental y a Valentín sólo le importan los ideales y la lucha política. Molina le contará las películas que más le han impactado a Valentín, con la finalidad de entretenerlo y ganarse su amistad.
Me ha encantado la novela. Creía que no me iba a gustar tanto, ya que usa elementos propios de la cultura pop(películas, boleros, etc.) y el arte pop no me apasiona. Pero pienso que el autor sabe utilizar con maestría los recursos estilísticos, y que con sólo dos personajes (aunque al final aparece un tercero, el director, de menor importancia) te monta una novela espectacular.
Lo que más me ha gustado es la evolución que sufren los personajes. Y también cuando Molina cuenta las películas, que te da la impresión de que las estás visualizando. La de la mujer araña la voy a buscar para verla.
Por ponerle una pega, no me han acabado de agradar las notas, que tratan sobre teorías sobre el supuesto origen de la homosexualidad. Me parece que estas ideas ya están desfasadas.
En definitiva, recomiendo la novela encarecidamente. La disfrutarán.

Lo empecé con muchísima ilusión y me encantó el recurso de que casi todo sean diálogos y ni siquiera con explicaciones de quién dice qué (a veces me perdía, pero reconozco que al final le pillas el tranquillo a cómo se expresa cada uno), maravillosamente resuelto con la mención del nombre del receptor de la línea de diálogo.
Poco a poco me di cuenta de que me saltaba las descripciones de las películas porque solo me interesaba lo que les pasaba a los protagonistas, y también me saltaba las notas a pie de página. Es más que probable que me haya perdido parte del mensaje, pero se me hicieron pesadas esas partes.
He de reconocer mi falta de costumbre de leer literatura iberoamericana, que tal vez me ha impedido disfrutar más de este estilo.

Hace siglos vi la película basada en este libro, pero lo único que recuerdo es que en ella actuaba un joven Raúl Juliá, el querido padre de la familia Addams. Aunque no recordaba nada dejé reposar esta historia durante mucho tiempo y hace poco decidí que ya era hora de agarrar el libro y meterme de lleno en sus páginas.

Diálogos, narraciones de películas, una estructura diferente para contarnos la historia de dos hombres, dos almas de distinta naturaleza, que comparten celda en una cárcel argentina. No necesitaremos descripciones planas y masticadas para ir descubriendo quiénes son, por qué están allí, qué los mueve y qué los unirá. La forma en la que Manuel Puig construye esta narración me parece todo un acierto: invita al lector a sumergirse en esta historia desde otro enfoque narrativo.

Entrar en este libro es como mirar a través de una mirilla. Esa fue una sensación recurrente durante la lectura. Puig logró una gran obra de arquitectura literaria con el diseño de esta novela. He leído historias con estructuras parecidas que en algún momento llegaron a parecerme confusas y densas. Con El beso de la mujer araña no tuve esa sensación, al contrario, me atrajo mucho más la historia precisamente por esa forma tan particular en la que fue creada. Para mí fue un plus, una sorpresa y una motivación para no despegarme de sus páginas.

Adoré cada una de las películas que uno de los personajes le cuenta al otro para pasar el rato y no pensar (aunque es inevitable) en las angustias y las penas que les aquejan. Cuando la narración de alguna de las películas se cortaba, seguía leyendo con la esperanza de reencontrarme más adelante con el resto de la trama. Simplemente no podía parar de leer.

La historia de dos seres cuyas personalidades son potentes; que se bastan y se sobran para llenarlo todo. A través de la mirilla pude observar sus conversaciones cargadas de movimiento, de gestos, de pequeñas acciones enormemente significativas. Una celda que por momentos parece que contiene todo un universo. Un pequeño espacio que transforma todo a su paso, página a página.

Fue muy grato acercarme a Manuel Puig por primera vez gracias a El beso de la mujer araña. Me quedo con cada detalle, con la nostalgia, el dolor, con la compañía de estos personajes tan contradictorios, tan vivos, tan intensos.

De repente Puig nos traslada a una prisión, más precisamente a una celda, donde dos detenidos, uno juzgado por abuso de menores y el otro un preso político nos deleitan con sus conversaciones. Imaginemos año 1974 post muerte de Perón, grupos revolucionarios, la triple A, y en esta novela dos hombres que se permiten vulnerables. Molina narra cómo si fuesen cuentos películas que vió para su compañero durante cada noche antes de dormirse, a veces un par de escenas, otras unas cuantas más, en cada pausa afloran charlas sobre sus sentimientos más profundos, el amor, la soledad..
Valentín lo escucha y lo interrumpe con preguntas, o simplemente con el sueño que lo aqueja. En cada relato se mezclan escenas de sus vidas fuera, así como también su relación va creciendo en afecto y respeto. Se disfrutan, se apasionan, comparten manjares y debilidades. El afuera ya casi no importa hacia el final.

Un hombre, una dicotomía que se gesta en su cuerpo, en su alma y en su intelecto. Dos fuerzas que se contraponen y se transforman en dos hombres encerrados en una celda, la celda que conforma el cuerpo, la celda que construye la sociedad, los prejuicios y los absolutos. La oralidad se convierte en el escape, el cine y las historias en las alas que guían sus pasos, su memoria, sus anhelos y sus deseos. Cada uno buscando un medio para conocerse, para encontrarse, dos almas que poco a poco van quedando descubiertas y despojadas de las cadenas que vienen como los deberes, con los roles, con el sexo y con los supuestos. No hay intromisiones de narradores, son solo dos hombres haciendo la actividad humana más antigua, conversar en medio de la noche, apoyarse y amarse.

Un dechado de recursos literarios que llevan de la mano a la comprensión de la normatividad social impuesta, para el mantenimiento de la dominación en todos los terrenos, particularmente el político y sexual.
A través de un lenguaje mayormente en diálogo, entre dos presos uno homosexual, sujeto a normatividad sexual y otro activista político sujeto a dominación social representada por la dictadura argentina, Puig desgrana la transformación de ambos, fundamentada en la narración de películas de Molina a Valentin, la interposición de piezas musicales, la réplica con carácter generalmente socio/político de Valentin.
Lo enriquece con las acotaciones acerca de la sexualidad y su origen, destino, demarcación, control e interpretación científica. Lo enriquece con la narrativa del comportamiento de los presos en su especie de isla , su calabozo, y sólo interrumpido por las visitas de Molina al director del penal, quien intenta convencerlo de hacer a Valentin delatar a sus correligionarios.
La transformación es lenta pero predecible, la relación tiende a estrecharse, y converger como en una tela de araña,
Porque realmente todo el entramado aparentemente desordenado sin sentido termina confluyendo y confundiendo o intercambiando los roles protagónicos.
Una muy buena novela, no exenta de tedio por los pasajes que no parecen tener conexión. Pero al final , que ademas es sorpresivo , termina encajando todo.
Novela prohibida por múltiples razones, Denuncia palmaria de tantas situaciones sociales, cuando no de la sociedad misma, que como el hombre, parece estar( por lo expuesto en las acotaciones sobre sexualidad ) contaminada desde su origen.
Leer para disfrutar y leer para pensar, también confluyen en este ejercicio literario de Puig.

Una gran novela que se complica por su estructura y por las notas al pie de apuntes psicoanalíticos sobre la sexualidad que incluye Puig, pero que cuestiona mucho al lector y requiere un esfuerzo para observar la profundidad de sus personajes a través de su transformación.

Versión teatral de la novela homónima escrita por el propio autor. Una obra maestra que , siguiendo el relato de una película - Cat people - , nos muestra a dos presos: Molína y Valentín, a quienes vamos conociendo a medida que van construyendo su relación.