Para vagar así por los bosques de Roussainville, sin una moza a quien besar , era no conocer el tesoro oculto de ese bosque, su más honda belleza.
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Para vagar así por los bosques de Roussainville, sin una moza a quien besar , era no conocer el tesoro oculto de ese bosque, su más honda belleza.
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A media altura de un árbol indeterminado, un pájaro invisible, ingeniándose en hacer más corto el día, exploraba con una prolongada nota la soledad circundante, pero dábale ésta una réplica tan unánime, le devolvía un golpe tan redoblado de silencio e inmovilidad, que se hubiera dicho como si no lograra más que detener para siempre aquel mismo instante que intentaba hacer más rápidamente pasajero.
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Un golpecito en el cristal, como si hubieran tirado algo; luego, un caer ligero y amplio, como de granos de arena lanzados desde una ventana de arriba, y por fin, ese caer que se extiende; toma reglas, adopta un ritmo y se hace fluido, sonoro, musical, incontable, universal: llueve.
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El recordar una determinada imagen no es sino echar de menos un determinado instante, y las casas, los caminos, los paseos, desgraciadamente son tan fugitivos como los años.
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Perdemos muchos instantes de nuestro tiempo en nuestra corta vida, esos instantes de los que no somos conscientes, esos en los que parece que no pensamos… Marcel Proust |
Los lugares que hemos conocido sólo pertenecen al mundo del espacio donde, para mayor facilidad, los situamos. No eran más que una delgada franja en medio de impresiones contiguas que formaban nuestra vida de entonces; el recuerdo de una cierta imagen no es más que la nostalgia de un cierto instante; y las casas, los caminos, los paseos, son fugaces, ¡ay!, como los años
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Siempre les faltará la fascinación que les viene de esa misma memoria y que no pueden ser percibidos por los sentidos. La realidad que había conocido ya no existía. Bastaba que Mme. Swann no llegase idéntica y en el mismo instante para que la Avenida fuese otra.
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¡Qué horror!, me decía : ¿cómo es posible que encuentren en estos automóviles la elegancia delos antiguos troncos de caballos?
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En cuanto a Swann, en mi intento de parecerme a él, me pasaba todo el tiempo que estábamos en la mesa estirándome la nariz y restregándome los ojos. Me habría gustado sobre todo ser tan calvo como Swann.
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Los días en que M. Swann venía en busca de Gilberte a los Camps-Elysées, una vez calmados los latidos del corazón que en mí provocaba la aparición de su sombrero gris y su abrigo con esclavina, su aspecto seguía impresionándome como el de un personaje histórico sobre el que acabamos de leer una serie de libros y cuyas menores particularidades nos apasionan
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises