En el callejón que encontré no existe el número de/ puerta que me dieron, / desperté en la misma vida en que me había dormido. / Hasta mis ejércitos soñados fueron vencidos.
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En el callejón que encontré no existe el número de/ puerta que me dieron, / desperté en la misma vida en que me había dormido. / Hasta mis ejércitos soñados fueron vencidos.
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La poesía es asombro, admiración como la de un ser caído del cielo en plena consciencia de su caída y atónito ante las cosas.
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Marinero en tierra