Zona de habitabilidad

[GAL] Cando Viento Norte publicou a sinopse de "Zona de habitabilidad" comentábanme que lles gustara moito porque se sentiran moi identificadas co protagonista e que era unha novela moi xeracional e que pensaban que a min podería pasarme o mesmo. O que creo que ninguén imaxinaba é que cando comezase a lela pensaría: "ei, pero esta era eu en abril, por que Rubén escribiu un libro sobre a miña vida?".

Atopamos entre estas páxinas a un rapaz que penso que podería ser case calquera do meu entorno: xoven, coa carreira recén rematada e unha ansiedade polas nubes porque a vida adulta resulta ser unha estafa. E con esa mestura de ingredientes colle as maletas e marcha da súa Galiza natal rumbo ás Canarias, pensando que así se solucionarán todos os seus problemas.

Non vos vou dicir se a súa crise existencial se soluciona ou non, porque para iso escribiu Rubén o libro. O que si vos podo dicir é que a pesar do mal que o pasa este rapaz (que identificada me sentín con el, de verdade), o humor e a ironía cos que o autor vai narrando as súas peripecias e as dos seus acompañantes na illa é sublime.

[CAS] Cuando Viento Norte publicó la sinopsis de "Zona de habitabilidad" me comentaban que les gustara mucho porque se sintieran muy identificadas con el protagonista y que era una novela muy generacional y que pensaban que a mí podría pasarme lo mismo. Lo que creo que nadie imaginaba era que cuando comenzase a leerla pensaría: "ey, pero esta era yo en abril, por qué Rubén escribió un libro sobre mi vida?".

Encontramos entre estas páginas a un chico que pienso que podría ser casi cualquera de mi entorno: joven, con carrera recién acabada y una ansiedad por las nubes porque la vida adulta resulta ser una estafa. Y con esa mezcla de ingredientes coge las maletas y se marcha de su Galicia natal rumbo a las Canarias, pensando que así se solucionarán todos sus problemas.

No os voy a decir si su crisis existencial se soluciona o no, porque para eso escribió Rubén el libro. Lo que sí os puedo decir es que a pesar de lo mal que lo pasa este chico (qué identificada me sentí con él, de verdad), el humor y la ironía con los que el autor va narrando sus peripecias y las de sus acompañantes en la isla es sublime.

Estoy escribiendo estas líneas justo después de terminar esta novela, algo bastante impropio en mí, ya que suelo dejar el suficiente tiempo y espacio para que las palabras germinen, se ahoguen, se recuperen y, finalmente, crezcan arrasando con toda la capa de tierra resultante de ese miedo a escribir en caliente.

Reconozco que estoy más acostumbrada a leer voces que ya tengan algún tipo de renombre o que, al menos, despierten cierta confianza ya sea por sus obras anteriores o la fuerza con la que irrumpen en el ya de por sí demasiado abarrotado espacio editorial. Precisamente por y gracias a esa costumbre, cuando llegan a mis manos novelas como esta consiguen sorprenderme.

En Zona de habitabilidad no se cuenta nada que sea novedoso ni hay tampoco una triquiñuela final que nos deje boquiabiertos y sedientos. Pero es que no le hace falta. Es un texto de los que se devoran rápidamente y después suscitan la (casi) tímida pregunta: ¿qué ha pasado aquí?

Nos encontramos con un narrador principal sin nombre, sin pasado previo que se nos esboce y sirva de muleta para comprender su malestar, sus acciones y esa verborrea incesante que a veces describe sin más y otras interroga y desentierra sensaciones y pensamientos que, una generación mayoritariamente perdida como la nuestra, se empeña en mantener amordazados.

Entramos entonces en dos planos bastante diferenciados: por un lado, la historia en sí, donde seguiremos los pasos de un joven gallego que se va a trabajar a las Canarias huyendo de una ansiedad cuyo acontecer tiene varias incógnitas; y, por otro lado, a ese torrente reflexivo que inundará el día a día del joven.

Es cierto que a veces estos dos planos fluyen con normalidad en el conjunto del texto, si bien hay otras ocasiones en donde el protagonismo de la reflexión opaca la trama y pone de relieve aspectos que quizá no estén bien hilvanados, si tenemos en cuenta también que es una narración de apenas 180 páginas.

Esta tendencia intimista y en parte confesional que se aprecia en los últimos tiempos de la novelística breve ha llegado para quedarse y nuevas voces como la de Rubén Pedreira lo constatan.

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La novela está protagonizada por un joven que sufre ansiedad y que no termina de encontrar su sitio en la vida. Es por ello que decide probar suerte trasladándose a las Islas Canarias. Allí le esperan situaciones difíciles a modo personal y pintorescas en forma de las nuevas amistades que allí se le presentarán.

Un nuevo compañero de piso italiano que parece que está medio zumbado/fumado, unas compañeros de trabajo muy peculiares, un fin de semana en un festival de música, ¿qué puede salir mal? Con este panorama en su nueva vida, nuestro protagonista intentará dejar de lado eso que le llevó a cambiar de vida, pero no, no es fácil. Rubén consigue mezclar muy bien el drama con el humor en esta breve novela, de capítulos cortos, muy entretenida y con muchas reflexiones sobre la vida actual, nuestras generaciones, ese deseo de encontrar un sentido a la vida, un lugar en el mundo en el que sentirse bien, encajar, no estar siempre pensando en lo que se esperará de ti (o lo que tú mismo piensas que se espera de ti y por ende te lo autoimpones).

No me quiero extender mucho más porque ya digo que es bastante corta, solo me queda recomendaros darle una oportunidad a esta gran historia que ha creado Rubén, en especial a gente de 20-40 años que creo que es a los que más les puede gustar (sin dejar de lado al resto, por supuesto).

Como siempre, la tenéis en la web de la editorial en físico y digital y en las librerías en físico. Yo no me la perdería.

Novela corta de aproximadamente 180 páginas narrada por el protagonista y como curiosidad desconocemos su nombre.
Es la historia de un chico gallego que sufre de ansiedad y se traslada a una de las Islas Canarias para trabajar y así ver si puede superarla...huye de ella viviendo allí situaciones curiosas: empezando por las que provoca su compañero de piso, Marco, un chico italiano con una vida un poco desordenada y las provocadas por sus compañeros de trabajo que al poco tiempo de conocerlos ya son sus amigos y entre los que va a destacar su amistad con Héctor.
Aún con este cambio no es capaz de superar su ansiedad....
Novela de capítulos cortos, de lectura entretenida donde se entremezcla el drama y el humor dando lugar a reflexiones sobre la vida actual del protagonista y el intento de encajar en el mundo.
Es la primera novela de Rubén Pedreira y no creo que sea la última, merece una oportunidad entre nuestras lecturas.

Me sumerjo en esta segunda novela del autor, donde sigue fiel a su estilo, intimista, reflexivo, con pinceladas filosóficas. Es un libro corto que se lee bien y que te obliga parar a pensar. El protagonista se busca a sí mismo, pero la huida nunca nos aporta nada más que caos. La psicología suele decir que es necesario marcarse unos objetivos para sentir que remamos a un lugar concreto, para no sentirnos a la deriva. Si te gustan las novelas reflexivas, dale una oportunidad a este autor.