Mandíbula

Hacía tiempo que quería leer esta novela de Mónica Ojeda por lo mucho y bien que se había hablado de ella, y que además pude leer hace unos meses “Las voladoras” y me gustó bastante.

Esta escritora ecuatoriana podría enmarcarse dentro de la corriente de autoras latinoamericanas cuyas obras nos están llegando en los últimos años (como Mariana Enriquez, Fernanda Melchor o Samanta Schweblin entre otras) y que se caracterizan por el terror psicológico y la violencia, real o imaginada, que emana de sus textos. Este es el caso de Mandíbula, obra escrita desde dos puntos de vista: el de Miss Clara, una profesora de colegio de chicas obsesionada con su madre que es secuestrada por unas de sus alumnas, y el de Fernanda, una estudiante amante de las historias creepypasta que se dedica a hacer rituales turbios con su grupo de amigas y que termina siendo secuestrada por Miss Clara.

El desarrollo de la obra es bastante caótico temporalmente hablando, ambos puntos de vista se van mezclando junto a diversas vivencias que no sabes bien si son pasado, presente o futuro. Según avanzan las páginas vamos formándonos una idea más clara de cada uno de los personajes que conforman la historia. Las adolescentes, ya sean las que torturan a Miss Clara o las que sufren posteriormente sus ataques de ansiedad cuando se reincorpora a trabajar (el grupo de Annalisa y Fernanda) se muestran en la obra como individuos a los que temer por encontrarse en una edad intermedia entre la infancia y la madurez, un punto en el que los cuerpos cambian pero aún no existe el miedo a lo que pueda pasar, lo que les lleva a cometer actos que van más allá de lo políticamente correcto.

Por su parte, el personaje de Miss Clara se nos presenta como víctima y verdugo, empatizas con ella al sentir sus excesivas sudoraciones y el terror que experimenta al contacto adolescente, pero al mismo tiempo te espanta por la obsesiva relación que mantiene con su madre. Hay en todas las mujeres de la obra una fuerza tremenda, y de las descripciones de su modus vivendi se desprende un horror y una crueldad brutales. al salirse de la norma se enfrentan a sí mismas y ponen a prueba sus propios límites.

A pesar de que me costó entrar en la obra, a partir de la segunda mitad las acciones se desarrollan de un modo trepidante, llegando a incluir capítulos verdaderamente memorables (la carta que escribe Annalisa a Miss Clara me pareció brutal, incluso llegó a producirme sensaciones físicas por lo que en ella iba relatando), por lo que, aunque no sea una obra para todos los gustos, creo que merece la pena leerla.