¿Alguna vez le importó ella al artista, al crítico que juzgó el cuadro, el marchante que lo compró, al público que aplaudió? Ninguno de ellos la valoró a ella, a la persona que se escondía debajo de aquella pose artificial. Ella era solo un encuadre, una forma, un conjunto de colores y texturas, un conjunto de contrastes. Ella no importaba nada.
|