Alba Cromm

Una misión vital
Nos adentramos en un nuevo número de la revista Upman, un especial por su décimo aniversario sobre el caso Alba Cromm. Esta subcomisaria de policía fue la encargada del desmantelamiento de una importante red de pederastia encarnada en la figura del hacker Nemo. de manera paralela, Jehová Lesmer lanza un desafío informático a esta comunidad. La manipulación de Nemo y la investigación de Cromm pueden ser la clave.
Empezar a hablaros de esta novela es un poco complejo, ya que el formato en el que se nos presenta no es el de una novela per se. La obra comienza con los recortes de una revista, Upman, que ha decidido explicarlos el suceso que conforma esta historia policíaca en las redes, a través de los testimonios escritos que ha podido recoger: transcripciones de conversaciones grabadas, correos electrónicos, reproducciones de chats, entrevistas, etc.
Todo este material conferirá a la historia un realismo que a veces desborda al lector, ya que, aunque es perfectamente consciente de que se encuentra ante una historia ficticia, los delitos de los que se habla en el libro, las actitudes de algunos personajes e, incluso, la propia inclinación de la revista nos acerca a hechos de nuestra realidad más inmediata, por desgracia.
Debido a esta forma de exposición, la voz narradora estará dividida entre todos los agentes que intervienen la trama, aunque será el periodista Ezequiel Martínez quién dé unidad a los fragmentos que se nos ofrecen como historia. Por su parte, la protagonista será Alba Cromm, ya que a través de ella es como accedemos al tema de la novela: la pederastia en las redes.
Ese futuro incierto
Sin embargo, no todo lo que se relate en la obra estará en la superficie ni nos será tan cercano. A pesar de que nuestra protagonista es una mujer y subinspectora de policía, es cierto que encontramos un machismo un poco rancio en la obra, reflejado en las opiniones emitidas por la la propia revista que expone el caso. Lo señalo no porque la obra quiera ahondar en esa dirección, sino porque esto es una muestra de cómo la novela va poniendo en jaque nuestra perspectiva a la hora de analizar la historia que se nos cuenta. Es decir, nos encontramos ante una obra que con pequeñas cosas, pero muy contundentes, va manipulando al lector.
La experiencia ha sido fascinante, ya que precisamente el tema real de la novela es la manipulación que hacen de nosotros nuestro entorno, nosotros mismos y la sociedad en general. Centrada en la cuestión de la pedofilia, se analiza desde todas las perspectivas posibles, ahí encontramos el personaje de la mejor amiga de Alba, Elena, psicóloga colaboradora de la policía, que nos va explicando los procesos, bajo nuestra perspectiva, aviesos que se producen en un pedófilo y que utiliza para poder someter la voluntad de los menores.
Lo cierto es que, aunque la trama es de cierta complejidad a nivel mental y delicada en cuanto a la temática, en ningún momento el lector siente incomodidad, porque no recae en la sordidez para contarnos y explicarnos qué está sucediendo y por qué es una aberración.
Historias paralelas
Más allá de la investigación policial, hay otra agente muy importante en esta narración, el multimillonario Jehová Lesmer. En su caso, parece que su historia va en paralelo, y sin demasiada relación, a la de la subinspectora; sin embargo, creo que más allá de la trama, nos sirve como ejemplo de lo que el sistema puede llegar a dejar impune. Lesmer no parece más que un multimillonario excéntrico, pero cuando se nos cuenta su historia se pone en jaque algo más que los lectores tendremos que averiguar.
El tema sí, las comparaciones...
Las reivindicaciones del libro están bien, ya que está defendiendo un derecho fundamental como es la protección del menor y lo está haciendo desde una perspectiva que no admite réplica. Sin embargo, no me gusta que la protagonista tome una postura occidentalizada de la cuestión, es decir, nuestro punto de vista es el correcto, el ético y moral. No me refiero a prácticas como la ablación, los matrimonios concertados o la venta de niños; sino a otros asgos culturales que afectan a un entendimiento profundo de lo que es la sociedad, la familia, etcétera. Creo que con la perspectiva que ofrece el personaje de Cromm volvemos al mito del salvaje, al que hay que educar porque está menos evolucionado. No sé, creo que es un tema que el lector se puede plantear.
Con la calma
Llegué a esta novela gracias a la reseña que vi en uno de los blogs que sigo y en su momento me picó la curiosidad sobre cómo estaría tratado el tema. Ahora leída, os puedo decir que es una lectura que hay que tomarse con calma, ya que exige que pensemos lo que se nos está diciendo y qué esta pasando realmente. Habrá momentos en que estemos leyendo fragmentos de entrevistas y no entendamos por qué nos lo cuestan, pero al final todo casa.
Por otro lado, el método expositivo es muy original y ofrece a la lectura agilidad y ligereza, a pesar de esa densidad en la temática. Yo creo que es un libro que más que gustaros, que lo puede hacer, os hará pensar y os dejará con la sensación final de que hay gato encerrado. Espero que os animéis con él, a ver qué tal.
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No conocía al autor y llegué a él gracias a que es una lectura académica. Pero me sorprendió, sobre todo el final. Las últimas páginas te dejan en tensión y culmina con algo que deja desconcertado al lector y con ganas de más.
Una novela estructurada a partir de testimonios ficticios dentro de una revista inventada de corte machista en un futuro relativamente cercano.
Una lectura sorprendente y rápida que bien puede estar a la altura de cualquier novela policiaca clásica.