Un viento del joven abril, tan fresco y dulce como si hubiese estado soplando sobre los campos de la memoria en lugar de a través de deslucidas calles, susurraba en las copas de los árboles y agitaba los rizos sueltos de la hiedra que cubría el frente del edificio principal . Era un viento que cantaba sobre muchas cosas, pero lo que le cantaba a cada uno de aquellos que lo escuchaban era lo que solo esa persona tenía en el corazón.
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