Amigas imperfectas

(...) a veces hay que dejar ir a ciertas personas y aceptar que, aunque fueron parte de tu historia, no lo serán de tu futuro.

Las cuatro tenían muy claro que la amistad auténtica no consistía en verse todos los días, sino en saber cuándo debían estar para las demás.

(...) muchas veces, alcanzar los sueños está sobrevalorado. Porque no siempre es posible. Lo importante, más que cumplir tus sueños, es no dejar de soñar nunca. Es fundamental soñar cada día, pero teniendo los pies en la tierra. Si dejamos de soñar, dejamos de vivir, pero si basamos nuestra vida en cumplir nuestros sueños, podemos dejar atrás muchas cosas que también nos hagan vivir.

La amistad no depende de gustos, sino de momentos compartidos. Da igual el tiempo, el estatus social o la distancia. Lo importante es saber que puedes contar con alguien en tus mejores y en tus peores momentos.

El tiempo nunca se detiene ni te espera. Por ello, no hay que detener tampoco la propia vida, sino seguir adelante, sintiendo que en cada momento eres lo más mayor que puedes ser, pero también lo más joven que nunca volverás a ser.