«Poco a poco, la luz de los televisores se puso a palpitar en los comedores y en los pisos de arriba se encendieron las luces. Le vino a la memoria una frase, que no recordaba dónde había leído: Dondequiera que funcione un televisor, permanece en vela alguien que no lee». Le habría gustado estar en su casa, escuchando a Mahler a bajo volumen, con un libro abierto en el regazo. |