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María Martínez tiene el don de impregnar cada historia qué escribe con una profundidad desgarradora, desde él primer libro qué tuve la oportunidad de leer de su autoría, Una canción para Novalie, no he parado de adquirir sus obras y una detrás de otra, han sido historias únicas, hermosas y significativas. En Cuando no queden más estrellas que contar, nos regala la hermosa oportunidad de leer la historia de Maya, una joven qué desde muy pequeña se ha dedicado en cuerpo y alma a una disciplina tan ardua como lo es el ballet. Todo su sacrificio parece estar dando frutos, trabaja en la Compañía Nacional de Danza y los principales mandos del ballet del mundo ya tienen sus ojos puestos en ella. Sin embargo, se verá envuelta en una accidente que no solo amenaza con acabar con su futuro ,sino que será el punto de quiebre que cambiará su vida por completo. No encontrando apoyo en su red familiar e impulsada por un sorpresivo descubrimiento, se embarcará en el viaje de su vida, porque Maya no está dispuesta a dejar de vivir y está decidida a encontrar las respuestas a los enigmas de su vida. Pero la vida le tiene un nuevo desafío, uno qué podría cambiarlo todo, uno que podría costarle hasta su corazón... Con una pluma detallista, cálida y fluida, María nos va desglosando una de las historias más preciosas que he tenido el placer de leer. Llena de descripciones embriagadoras y diálogos interesantes, la trama es un conjunto de paisajes qué se pueden sentir y personajes realmente imperfectos. Como es una constante en sus libros, el romance no es el único tema principal qué desarrolla, se centra en temas tan cautivadores como el desarrollo personal, el autodescubrimiento, el perdón, aprender a solar y hacer las paces con el pasado. Todo ésto envuelto en un desarrollo de gran magnitud por parte de los protagonistas y otros personajes a su alrededor. Una historia invaluable, qué te invita a pensar y cuestionarte acompañado de sus personajes. Una de mis mejores lecturas de enero 💙 |
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