Creo que la mayoría de nosotros podría apreciar este libro. Sería algo así como una obra de Irene Vallejo, pero no requiere conocimiento de autores clásicos. El conjunto me gustó, voy a mencionar algunas ideas concretas con las que me quedo. ---Los bebés prematuros en incubadora, estabilizan su respiración y latido cardíaco cuando les leen (y diferencian la voz de su mamá). Siendo tan frágiles y con los pulmones no desarrollados eso es algo muy importante. ---Los audiolibros se inventaron después de la primera GM para que los combatientes que habían regresado ciegos pudieran disfrutarlos. ---Leer en voz alta beneficia al oyente y al lector. --- Cuenta la historia de Gabe. Su madre le leía cuentos de pequeñito pero, Gabe era autista y no paraba de moverse así que su madre llegó a la conclusión de que nunca prestaba atención y dejó de leerle. Años después si pasaban por una Biblioteca Gabe iba corriendo a por los libros para bebés. Pensaban que en cierta forma se había quedado en esa fase y por eso los tocaba. Después de la adolescencia una terapeuta le enseñó a usar la tecnología (con un solo dedo). Así pudo comunicarse y decir que sí escuchaba y que le encantaba que le leyeran. Dijo que su cuerpo era el de un niño pequeño y borracho, pero que en los libros era normal y libre. Empezaron a leerle libros y la dinámica familiar cambió por completo. PD: A quien interese este último tema, recuerdo un libro titulado "Quiero dejar de ser un dentrodemi". "Dentrodemi" es como un chico autista se autodefinía así mismo en el libro que escribió sobre su vida. Yo lo leí de adolescente, no era una lectura ligera precisamente pero, sí muy interesante. Quiero animaros a que dejéis que vuestros hijos lean lo que deseen, aunque sea libros "adultos". Yo leía de Budismo, Ciencia y literatura clásica. Curiosamente, ahora sí leo novelas adolescentes. En nuestras lecturas todos hayamos la libertad y eso nos da vida y salud, tal y como confirma esta obra. + Leer más |