Primavera extremeña

En marzo de 2020 Llamazares y parte de su familia huyeron, literalmente, de la capital española ante los rumores de un inminente Estado de Alarma y consiguiente confinamiento. Su lugar de destino era un antiguo lagar de vino restaurado como casa rural de vacaciones propiedad de la familia. Dicha casa se encuentra en la provincia de Cáceres, próxima a la ciudad de Trujillo.

Lo que en principio iban a ser 15 días se acaban convirtiendo en tres meses. Llamazares nos va narrar, mezclados entre sí, dos aspectos de esos días en Extremadura. Por un lado la explosión de la primavera que nunca antes había vivido. Los colores y olores del campo, la flora, la fauna, las estrellas en la noche y la fuerza de la naturaleza en estado casi virgen. Por otro los sentimientos encontrados que él y su familia sentían al vivir este confinamiento en una situación privilegiada: por un lado se sentían felices de la libertad que su residencia les ofrecía y por otro se sentían culpables por ese privilegio, culpables por ver en las noticias la gente que estaba muriendo mientras ellos pasaban unos días de "vacaciones y relax" y culpables por los amigos y familiares encerrados en pisos en sus respectivas ciudades o pueblos.

Como extremeña y conocedora de esa zona (también nos habla de otros pueblos y localizaciones de la provincia de Cáceres que visitaron en la desescalada) me ha encantado el amor con el que describe cada escena. Como lectora me ha enamorado de qué manera, en una obra tan corta que en realidad tiene un argumento de lo más simple, describe no solo los lugares físicos, sino los sentimientos que ellos y las circunstancias provocaban en él. Es totalmente delicioso y muy visual.

En realidad este libro no es una novela, aunque tiene similitudes. Tampoco es poesía, pero la prosa de Llamazares rezuma de todo lo que la buena poesía tiene. Se aproxima bastante a un libro de viajes y a un diario. Este es ante todo un libro que tiene emociones, sentimientos, descripciones y vivencias de tres meses de la vida del autor en un momento que todos recordaremos con bastante pena, pero que también nos anima y carga de esperanza, pues "la vida, pese a todo, consigue abrirse paso entre las grietas de la realidad"
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Tal como su propio título indica, son los apuntes, a modo de diario, escritos por Julio Llamazares sobre cómo él y su familia vivieron aquellos días del fatídico año 2020, año de la pandemia mundial.
El autor se siente afortunado de haber podido vivir aquellos días en una casa rural en la provincia de Cáceres y hace varias descripciones de la sierra extremeña de los paisajes floridos y coloridos que dejaba la primavera en aquellos meses del año, durante el periodo de desescalda, que seguían avanzando al margen de que el tiempo parecía detenerse para todos nosotros, pero en cambio la primavera seguía su discurrir.
El libro está narrado con un estilo sencillo y breve y además, se completa con las acuarelas de Konrad Laudenbacher, amigo y vecino de Julio.