Lugares que no quiero compartir con nadie

Vamos a dar un gran paseo por Nueva York, pues en este libro, Elvira Lindo nos invita a visitar, a través de estas páginas, una ciudad que ella ha conocido muy bien.

Yo también conocí a la escritora, hace algunos años, y me pareció una conversadora excelente y muy entrañable. Disfruté mucho.

Y este libro, lo leí después de un viaje a New York, que hice hace ya algunos años, cuando todavía Elvira Lindo residía durante seis meses allí y otros tantos aquí. al escribir, me doy cuenta de que ha pasado mucho tiempo, aunque lo recuerdo como si fuese ayer, me gustó mucho y lo disfruté más.

Lo leo rápidamente en un par de días. Y para hacer esta reseña he consultado algunas notas que tenía anotadas al final del libro, y lo he ido releyendo rápidamente.

En realidad, es un testimonio personal de sus actividades, repletas de emociones, sentimientos y reflexiones.

Si empezamos por el título, ya nos resulta atractivo y sugerente, y además, también nos va a resultar muy irónico.

Sobre ello, también nos confiesa la autora que, aunque indica que hay lugares que no le gustaría compartir con nadie porque los siente como parte de su vida, sin embargo, también dice que, como narradora, pues cae en el vicio de escribir lo que vive. Y aquí tenemos esos lugares entrañables de su cotidianidad.

Sigamos leyendo. Explica muchos aspectos que he vivido los días de viaje a la gran manzana. Además he ido a comer a algunos de los restaurantes que ella recomienda, y la verdad es que fue un verdadero placer.

El libro me ha ido interesando más conforme avanzaba en la lectura y, sobre todo, a partir de la página 90 más o menos. al principio me costó entrar, no encontraba en el relato de sus situaciones personales, las características de ese New York que revela, pero después me sedujo absolutamente, y me ha parecido que crecía la prosa en su recorrido personal de la ciudad.

Ha ido descubriéndome impresiones, lugares y sentimientos esenciales, que también permanecen en mí, después de mi fantástico viaje a New York.

Ahora me gustaría poder ir de nuevo y descubrir esa esencia que tienen algunos lugares de la ciudad, que no me dio tiempo a visitar y a disfrutarlos.

Durante la lectura, también tomo nota de libros y autores, de películas y de lugares con historias, librerías, hoteles, restaurantes… Dan ganas de leer a John Cheever y sus cuentos sobre New York, a Colm Tóibín y sus libros Brooklyn y The Master, a Bashevis Singer, y su Sombras sobre el Hudson, o leer el libro de Richard Yates y volver a ver la película Revolutionary Road de Sam Mendes y otras tantas obras y autores que ya conozco. (Y todo llegará, ya estoy con alguno de ellos)

También deseas saber más sobre una mujer Lillie Langtry, una interesante mujer y el club Keen's, conocer la librería MacNally Jackson de la calle Prince o visitar el bar del Hotel Carlyle donde toca o tocaba Woody Allen.

Además de diversos restaurantes , parques, incluso panaderías y bellas puestas de sol, los escenarios donde se rodaron películas, y zonas como el barrio de la Corona en Queens donde está la casa de L. Armstrong o el Riverside Drive donde estuvo Lorca y más tarde su familia, y un largo etcétera.

Comparte sus experiencias, a pesar del título, su vida cotidiana y por supuesto la gran atracción y fascinación que le inspira la ciudad de New York.

Y algo tan importante para el viajero o viajera, comparte referencias de lugares que no son los habituales del típico turista, al contrario, nos lleva por otros rincones, sus rincones secretos para que podamos conocer la gran ciudad de una forma diferente y muy especial y que mantienen la esencia de una ciudad como New York.

Y con su voz, como hilo conductor nos va descubriendo y describiendo sus secretos.

También al final se incluye un anexo, para mí imprescindible, con las direcciones de todos los lugares citados y explicados en el libro.

Puede que algunas cosas hayan cambiado, pero preparar un viaje leyendo libros que ambienten tu estancia es fantástico, una satisfactoria costumbre que nunca dejaré. y este libro es uno de ellos.

Y con un estilo muy directo, sencillo y cercano, pero de gran emotividad, expone sus anécdotas, recuerdos y situaciones difíciles de olvidar.

Cuánto disfruté de sus indicaciones, me encantó New York. Quiero volver.

Ahora espero leer su última novela, “En la boca del lobo” recientemente publicada y ambientada precisamente en un pueblo valenciano del interior, Ademuz, donde Elvira Lindo vivió un tiempo y al que regresa en ocasiones.

Si visitan New York, recuerden este libro.