Lo Que No Nos Contaron: : 60

A veces la cobardía me aguza el ingenio.

En el trascurso de la vida conoce uno a pocos justos, gente excepcional cuya grandeza de espíritu no tiene más parangón que el de su humildad.

Niégate a pagar una multa y vendrán a quitarte el coche, pero otros roban alegremente de las arcas del Estado, se ganan su buen sueldo por no dar un palo al agua, falsean los mercados públicos para forrarse y, cuando los pillan, les dan una palmadita y a todo el mundo le trae sin cuidado.

Así son las cosas, no sabemos de nuestros padres más de lo que estos quieren contarnos, lo que queremos ver de ellos, y olvidamos, porque es lo natural, que tuvieron una vida antes de nosotros. Quiero decir que tuvieron una vida solo suya, que conocieron el sufrimiento de la juventud, así como sus mentiras. Ellos también tuvieron que romper sus cadenas y liberarse. La pregunta es: ¿de qué manera?

La vida es demasiado corta para afligirnos con tristezas inútiles.

Albergar rencor no sirve de nada.

La memoria es una hoja de otoño que murmura al viento antes de desvanecerse.

Disfruta de lo bueno allí donde esté y sobre todo cuando se te presente. Ya reflexionarás después. Créeme, los que hacen lo contrario se aburren tanto como aburren a los demás.

Queridos, un buen día los padres se mueren, ya os tocará a vosotros, así que pasadlo bien.

Algunas verdades es mejor no contarlas.