Y después de más de dos meses, ya que lei este libro en febrero, por fin, me he animado a hacer su correspondiente reseña. No sé qué me ha pasado, pero me he dejado muchas por hacer en los últimos tiempos y ahora mismo las tengo pendientes. A ver si poco a poco voy poniéndome al día. Pero en el caso de “Ciudad de Jade” me sorprende que haya tardado tanto en hacerla, puesto que de momento de lo que llevamos de 2024 ha sido una de mis lecturas preferidas. Estoy ahora mismo con su segunda parte “Guerra de Jade” trilogía tiene pinta de que va a ser una de mis mejores lecturas del año. Después de que la nación isleña de Kekon consiguiera su independencia tras una terrible guerra, su capital, Yanlún, es una ciudad en constante movimiento, donde los clanes ostentan el poder gracias al jade, una poderosa piedra que hace que sus miembros consigan una gran fuerza y portentosas habilidades, convirtiéndoles en terribles guerreros. Las rivalidades entre clanes y la carrera por hacerse con el control del jade romperán el frágil equilibrio existente entre los dos grupos principales, Los Sin Cumbre y los Montañas, cuando empiece a circular una extraña droga extranjera que permite que todo el mundo pueda soportar la milenaria y peligrosa piedra. Había leído en varias ocasiones que esta saga era una mezcla entre “El Padrino” con “Juego de Tronos”, y el símil no puede ser más acertado. “Ciudad de Jade” es una novela cañera desde su primera página, en la cual la magia, las escenas de lucha y artes marciales, las familias magiosas, las traiciones, las conspiraciones y la lucha más encarnizada por el poder se dan de la mano para crear una historia que resulta atractiva y adictiva desde que empiezas a leer; ya que rápida, e irrmeduablemente, te sumerges de lleno en su portentosa trama. La mezcla de géneros funciona, todos los elementos que las conforman casan muy bien unos con otros. Así nos encontramos con un argumento que puede cantar a los amantes de la fantasía, más épica, incluso, sin Olvidar a los fans de la fantasía urbana o del género del Kung-Fu . Fonda Lee se apoya, principalmente, en un Worldbuilding asiático con una situación política, económica, histórica y social, perfectamente trazada, lleno de detalles y con una clara inspiración asiática con raíces en el colonialismo blanco que es la culpable de que quizás al principio te pierdas un poco. Pero rápidamente la autora muestra las cartas sobre la mesa, y pronto empezarás a reconocer a los personajes y a manejarte con soltura en este mundo. Es muy interesante como este contexto histórico ha influido en la sociedad de Yanlun hasta forjarla en el marco donde se mueve la historia, como influye en todo, incluso en la forma de ser y de pensar de los personajes, hijos de sus circunstancias y del contexto en el que nacieron. Y esto pesa especialmente a la hora de explicar la rivalidad entre los dos clanes, la forma como Fonda Lee hace que no se deba a pura y simple ambición y luchas territoriales, sino que lo cimenta en las historias de los patriarcas, en las de su propia nación y en dos formas de entender hacia donde va el futuro de la isla de Kekon. Yo he comentado al principio que actualmente me estoy leyendo ya la segunda parte, y solo puedo deciros que todos esos países, cuyos nombres leemos a lo largo de libro, tendrán su peso en el futuro, y que el plano internacional no solo definirá el devenir de esta historia, sino que en esta primera parte también Tiene su pequeño y específico peso que permite que también la trama se cimiente a lo largo de estas más de 500 páginas. Y es que la mezcla de todos estos elementos más realistas e, incluso a veces, áridos va de la mano con las festividades, tradiciones, creencias, religión y mitologías típicos de la isla de Kekon y la ciudad de Yanlun, dándole un aura especial y un sabor folclórico y autóctono a la ambientación de la novela que consigue que todo tenga un algo exótico y a la vez cercano, que te transporta totalmente a ese mundo en el que lo centenario y tradicional choca y convive con el mundo que llama desde afuera, con los aires de modernidad, la guerra y la nueva tecnología; sin olvidar que dentro del sistema hay grupos que viven entre riquezas y privilegios económicos y sociales, frente a otros de extracción más baja que muchas veces quedan al margen del sistema, lo que llevará a desajuste y a luchas, a no poca rabia dentro de la propia Yanlun. Una perfecta muestra en clave de fantasía de lo que es ahora mismo el continente asiático y de como esta mezcla explosiva puede dar lugar a algo único y a la vez ser motivo de conflicto y de lucha, dando lugar a un ambientación sólida, creíble y atrayente, el marco perfecto para esta obra de clanes, mafias y disputas territoriales. La sociedad de los clanes concebida por Lee es intrigante, basada en la habilidad de sus combatientes para mejorar sus destrezas mediante el uso del jade. Solo los nativos de Kekon pueden aprovechar su poder para aumentar su fuerza, velocidad y agudeza sensorial, convirtiéndolos en combatientes formidables. Como curiosidad, debo decir que leí este primer libro, a la vez que los dos primeros de la trilogía de “Nacidos de la Bruma” de Brandon Sanderson, y no he podido evitar ver muchas similitudes entre los sistemas de magia de ambas trilogías. Sin embargo, el uso excesivo de este jade conlleva riesgos y consecuencias, pudiendo llevar a la locura, habiendo muchas personas que pierden la razón por su abuso o por llevar demasiadas joyas de ese material. Los "huesos verdes" son guerreros juramentados que viven en un mundo ritualizado y salvaje después de haber pasado por un arduo entrenamiento para poder portar el jade, atados a la lealtad hacia su clan y custodios del legado de una isla que se aferra a las tradiciones del pasado mientras avanza hacia una modernidad que trae consigo nuevas normas y cambios sociales. Quizás esto sea una de las cosas más sugerentes de “Ciudad de Jade”, Como estos guerreros viven en el presente con un pie en el pasado de su nación y en sus tradiciones, la forma en que los aires modernos chocan contra esa realidad y ellos deben moverse en medio de este huracán, sin perder de vista, su esencia y su sentido de la cultura de la que forman parte. En todo esto también tiene su peso la estupendamente bien trazados que están los personajes. Ya he comentado en líneas anteriores la forma en que el contexto histórico, social y familiar en el que han nacido les ha marcado y guia su forma de moverse. Pero es que además son caracteres increíblemente carismáticos, muy realistas y fuertemente individualizados, con buenos arcos e evolutivos que van desarrollándose, muchas veces, a lo largo de esta novela, y que son representados de una forma que nos permite ver tanto sus partes más claras, como sus zonas más oscuras y grises, y que muchas veces son llevados a tomar decisiones o a situaciones extremadamente difíciles. En muchos casos nos encontramos entre ellos dinámicas y relaciones muy complejas, marcadas por el entorno que les rodea, que al igual que ellos también van evolucionando a lo largo del libro y quedan mucho juego para lo que es la trama. En los primeros capítulos me preocupé que solo aparecieron chicos, por lo que me alegre cuando algunos personajes femeninos, como Shae o Ayt , empezaron a pisar fuerte y a tener su peso dentro de la historia (y qué peso) a tener más apariciones, hasta convertirse en piezas centrales, también, de este puzzle. No solo es que tengan papeles importantes en la trama y sean chicas con mucho carácter, es que son mujeres muy individualizadas, que para nada necesitan la protección de ningún hombre. Sé que puede sonar tópico, pero es que es algo que me gusta en este tipo de libros donde lo fácil sería que la testosterona primase. Y por eso lo valoro tanto. Y con todos estos elementos lo que Fonda Lee es una historia que se le rápido. Está plagada de datos e información en los que, como es señalado antes, puedes perderte al principio. Pero hay que reconocerle a esta autora de origen canadiense, que nunca da más información de la necesaria, toda la que aporta tiene su peso en la trama, ayuda a contextualizar mejor el mundo que ha ideado y nos permite explicar muchas de sus características más singulares. Su sentido del ritmo es estupendo, ya que se toma su tiempo para asentarlo todo y dejar que todo se desarrolle y fluya correctamente, pero sin perder en ningún momento el sentido del ritmo, haciendo que la historia no se estanque en ningún momento y que sea muy ágil de leer. a todo esto, hay que sumar una buena dosis de giro, de-, de situaciones extremas y de momentos, llenos de tensión y sorpresas que no te veías venir. Lo que da lugar a un coctel del que te puedes esperar cuslquiet cosa. Los diálogos que escribe Fonda Lee son incisivos, y ayudan a reconstruir el mundo interior de los personajes y meterse en su psique, además de regalarle al lector momentos y frases memorables. Yo no soy especialmente fan de las escenas de lucha en un libro, normalmente las leo bastante deprisa y me quedo solo con lo más importante, me resultan un tanto aburridas de leer. Pero en “Ciudad de Jade” se saca mucho y muy buen partido a la adrenalina, que las peleas están muy bien articuladas y no se me han hecho nada pesadas de leer, en las que se saca mucho partido, tanto a las armas y diferentes técnicas de luchas asiáticas como al propio uso del jade. No en vano la autora es ex estratega corporativa y cinturón negro en karate y en kung fu. Incluso sin tener toda esa información Se nota que Lee sabe que está manejando y que teclas tocar cuando le toca poner a sus personajes a luchar por su vida y por su jade, matar a alguien o buscar venganza. Había leído con anterioridad muchas criticas positivas sobre “Ciudad de Jade” y sus continuaciones. Es una trilogía que estaba deseando leer, con la que mis expectativas estaban muy altas. Quizás por eso la cogí con un poco de miedo. Pero puedo aseguraros que todas las buenas reseñas que hayáis leído sobre ella son más que merecidas. Espero no tardar tanto en traer la reseña de la segunda parte, que yo os voy avanzando que en cuanto a trama y evolución de los personajes Sigue el mismo excelente camino que comenzamos en esta primera entrega, si bien la trama tiene muchos momentos en los que resulta más árida y aburrida. + Leer más |