Hay lectores a los que les gusta tener lecturas estacionales, y esta es una buena opción para el verano. La historia que Regreso al mar nos cuenta transcurre en un pueblito costero, en el país nipón. Además, todo ocurre durante el verano, los últimos días que tiene la familia de Yôsuke para devolver un huevo de sirena al mar. Más allá de la fantasía que ofrece este manga, nos habla de las tradiciones ficticias de un pueblo japonés, y la ambientación es muy realista: el pueblo cuenta con un santuario en una colina al que se accede por unas escaleras empinadas. Si no fuera por el huevo de sirena, podrías creer perfectamente que el santuario existe. Además de las tradiciones arraigadas de las zonas rurales, este manga trata temas como la fe, el progreso de la sociedad, la amistad y la familia. El problema más importante del que nos habla es uno que llevamos teniendo en todo el mundo desde hace décadas: la destrucción de parajes naturales en aras del progreso. El manga se publicó por primera vez dividido en capítulos, en una revista en 1990. Aunque hace ya unos treinta años, tiene algún que otro punto machista que me ha llamado la atención. No es por ser políticamente correcta, pero hoy en día creo que somos más conscientes de estas cosas y somos por ello más críticos. Me ha gustado mucho el dibujo detallado del autor, y cómo con viñetas en blanco y negro es capaz de expresar tanto. Él mismo ejerce de crítico al final del libro, diciendo que fue una obra de sus comienzos, y por eso ve muchas cosas que le gustaría cambiar, pero en mi opinión, para ser uno de sus primeros trabajos, está muy bien ejecutado. A veces somos mucho más exigentes con nosotros mismos de lo que es el resto. Es una lectura muy recomendable, sobre todo para personas que no son muy asiduas al género, porque creo que es fácil de seguir, aunque en este volumen los capítulos no han sido separados y cuesta hacer una parada. + Leer más |