Esperando a la muerte. Porque se que cuando mi corazón ya no lata, mi amado estará esperándome y aullaremos juntos a las estrellas.
|
Esperando a la muerte. Porque se que cuando mi corazón ya no lata, mi amado estará esperándome y aullaremos juntos a las estrellas.
|
Por eso te elegí -le dije en voz baja y retrocedió-. Nunca nos necesitamos para sobrevivir. Si fuera así, ya hubiéramos muerto hace tiempo. Nunca he tenido que ver con eso. Estamos aquí porque nos elegimos uno al otro. Al final, siempre se trata de elecciones.
|
El poder afecta a las personas de maneras extrañas. Se les mete en la cabeza. Los cambia.
|
El dolor es una lección. Te enseña las formas de este mundo.
|
Me había sentado sobre mis rodillas y lo había besado porque me había parecido lo correcto. Todo acerca de Mark Bennett me parecía lo correcto, incluso en el verano cuando aún no sabíamos lo filosos que pueden ser los dientes.
|
Él decidió -me ignoró Mark- hacer lo que hizo. Y aunque tú podrías haber hecho lo mismo, aunque tenías todo el derecho a odiarnos con todas tus fuerzas, no lo hiciste.
|
Hombres -dijo Jessie, enojada-. Son todos un puñado de mártires imbéciles. Con razón Elizabeth y yo somos las dos personas más inteligentes de la jodida sala.
|
-Te odio -me estremecí contra él. -Lo sé. Aunque el latido de tu corazón diga otra cosa. Creo que tú lo crees. Y lamento eso. |
-Todavía no sabe qué hacer contigo. No le gusta lo que no entiende. -¿A alguien sí? -Yo no te comprendo, pero aún así me gustas. |
Ay, cielos -mascullé y me pregunté cómo mi vida se había convertido en esto. Tenía cuarenta años y pertenecía a una manada de perras entrometidas.
|
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?