Dublineses

Le apretó el brazo a su costado; y al detenerse a la puerta del hotel, sintió que se habían escapado a sus vidas y a sus deberes, escapado de la familia y de los amigos, y se habían fugado juntos, sus corazones vibrantes y salvajes, en busca de una aventura nueva

A veces me temo que esta nueva generación, educada o hipereducada como es, carecerá de aquellas cualidades de humanidad, de hospitalidad, de generoso humor que pertenecen a otros tiempos.

Haría el ridículo si citaba poemas que no pudieran entender. Pensarían que estaba alardeando de su cultura.

Y bien, he revisado mis cuentas. Encuentro que esto y aquello está mal. Pero, por la gracia de Dios, rectificaré esto y aquella. Pondré mis cuentas al día.

La religión era un hábito para ella y sospechaba que un hombre de la edad de su esposo no cambiaría gran cosa antes de morir

En los palacios, casas o cabañas:
Doquiera está, el corazón de Irlanda
Aparece sumido en duelo.
Se ha ido aquel que forjaría nuestro destino.

Aquí tienen ustedes a este muchacho que llega al trono después que su madre lo dejó esperando hasta que le salieron canas. Es un hombre de mundo y quiere hacerlo bien, en favor nuestro.

No te preocupes por eso, Jack - dijo Mr. Henchy -, que mejores gentes que tú han bebido a pico antes.

Nadie lo quería; era un desterrado del festín de la vida

Un ser humano parecía haberlo amado y él le negó la felicidad y la vida: la sentenció a la ignominia y a morir de vergüenza