La furia y el laberinto

Quizá la venganza sea así. Interminable, insatisfactoria y sin salida.

Porque sé que se trata de soledad. De la sensación de encontrarte perdida en el mundo.
Y no hay peor sensación que darte cuenta de que te han dejado a solas con tus pensamientos. Con tus culpas. Con tus recuerdos.
No hay peor sensación que sentir que el mundo se desmorona constantemente a tu alrededor y que nadie puede rescatarte.

Quizá la venganza sea así. Interminable, insatisfactoria y sin salida.

Hay ocasiones en las que lo que no está pesa por todas las cosas que siguen ahí.

A veces queremos algo con tantas ganas que no nos damos cuenta de todo lo que sacrificamos para conseguirlo. Y cuando nos damos cuenta, ya es muy tarde.

El mundo nunca se detiene por muertos anónimos.

Olympus es como un laberinto. No puedes echar abajo las paredes para llegar al centro: tienes que recorrerlo

Olympus es como un laberinto. No puedes echar abajo las paredes para llegar al centro: tienes que recorrerlo. Y es tan largo, tan complicado que muchos mueren por el camino.

No debería dolerme, pero lo hace, porque una parte de mí es consciente de la brecha que nos separa. Ese trozo de hierba que su eidola no ilumina y que se entromete entre él y yo es en realidad algo más que la distancia entre nuestros cuerpos y el tiempo que llevamos separados.