Última redención

El mundo que ha creado el autor no deja de crecer y es uno de los más extensos y complejos que he podido leer hasta la fecha. Como siempre, cuesta un poco asemejarse a lo que nos está contando, debido a su profundidad y al nuevo elenco de personajes, que no son pocos. Pero una vez que estamos muy dentro, todo se funde con la aventura.

Tenemos personajes nuevos, pero también nos encontramos con los personajes de los dos libros anteriores y que tanto nos han acompañado hasta la fecha. Debo admitir que incluso los echaba de menos. La pluma del autor sigue siendo increíble, siempre buscando detalles que poder mejorar y eso es algo que admiro mucho de él.

La fantasía épica nunca había dado para tanto. En esta entrega nos vamos a encontrar muchas batallas, brujas, demonios, samuráis, personajes mitológicos, muchas criaturas clásicas, pero también nuevas, templarios y un montón de cosas más. Un combo tan original, que hasta ahora, no había leído nada igual.

También conocemos más de cerca a estos dioses tan imperfectos a los que ya conocimos en los tomos anteriores, nos deja acercarnos un poco más a ellos, para entender sus acciones y sus actos y de como el mundo se encuentra en la posición en la que está. Se tienen en cuenta todos los detalles, no puedo sacarle ninguna pega en cuanto a eso.

He vuelto a disfrutar mucho de sus páginas y aunque sigue siendo una historia densa, de esas que no se pueden leer con prisas y con un amplio glosario de personajes y nombres que es mejor ir digiriendo poco a poco, es un disfrute constante. Da muchos momentos que son dignos de recordar y enmarcar, justo como he hecho yo.

Deseando poder ponerme con el siguiente. Conocer el camino de los personajes y las nuevas incógnitas que el autor nos tiene aún reservadas.

Una vez más, R.C. Hudrian nos lleva de la mano por este extenso mundo a través de una narrativa única que, si bien es cierto que puede resultar un poco compleja al inicio, se convierte en una delicia en cuanto le pillas el punto.

En este tercer libro nos encontramos con que todos los personajes que vimos en las entregas anteriores recorren su propio camino, lo que da lugar a una obra dinámica, con más perspectivas, más frentes abiertos, más movimiento y más cambios. Hay que estar ojo avizor para no perder detalle. Además, el tener en el terreno de juego a varios personajes, hace que tengamos capítulos más cortos si lo comparamos con los libros anteriores.

A grandes rasgos, y sin entrar en spoilers, se trata de una historia que busca permitir la evolución de los personajes, ampliar nuestros conocimientos acerca del funcionamiento del mundo y descubrirnos más acerca de sus dioses imperfectos.

Escarbamos en el pasado, pero también miramos hacia el futuro preparando el terreno para lo que se viene, que no suena nada esperanzador. ¡Agarraos que vienen curvas!