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Una vez más, R.C. Hudrian nos lleva de la mano por este extenso mundo a través de una narrativa única que, si bien es cierto que puede resultar un poco compleja al inicio, se convierte en una delicia en cuanto le pillas el punto. En este tercer libro nos encontramos con que todos los personajes que vimos en las entregas anteriores recorren su propio camino, lo que da lugar a una obra dinámica, con más perspectivas, más frentes abiertos, más movimiento y más cambios. Hay que estar ojo avizor para no perder detalle. Además, el tener en el terreno de juego a varios personajes, hace que tengamos capítulos más cortos si lo comparamos con los libros anteriores. A grandes rasgos, y sin entrar en spoilers, se trata de una historia que busca permitir la evolución de los personajes, ampliar nuestros conocimientos acerca del funcionamiento del mundo y descubrirnos más acerca de sus dioses imperfectos. Escarbamos en el pasado, pero también miramos hacia el futuro preparando el terreno para lo que se viene, que no suena nada esperanzador. ¡Agarraos que vienen curvas! |
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