Si, pero no. Esta frase tan ambigua y simplista es la que define la impresión que este libro me ha dejado. Me ha gustado, no voy a decir que no, pero al mismo tiempo ha resultado una gran decepción. Lo tenía todo para ser una de esas lecturas que resultan inolvidables, y yo estaba convencida de que iba a encantarme. Pero no ha sido así para nada, en muchos momentos me ha costado totalmente conectar con lo que estaba leyendo, y estoy prácticamente convencida de que para mi va a acabar siendo una lectura totalmente olvidable por varios aspectos. Creo que tenía con ella las expectativas demasiado altas y eso, al final, me la ha jugado. Una pena, la verdad, porque para nada ha sido una mala experiencia, hay en esta lectura muchos aspectos salvables. Hace tiempo, en el reino de Dumnonia, en la antigua Britannia, la magia estaba por doquier para proteger y favorecer al lugar y a sus habitantes, gracias al vinculo del rey Cador con los antiguos dioses y la tierra. Ahora, dicha relación se ha destrozado con la interrupción del cristianismo a esos lares de las manos de un sibilino cura, Gildas, figura contrapuesta a la del mago Myrdhin, druida y cuentacuentos, un hombre lleno de secretos que ha asesorado por años a la familia del rey. Este conflicto religioso va de la mano con el acercamiento de las hordas sajonas al último reducto del reino en el que se ha parapetado la familia real con sus súbditos. La tierra, ha dado la espalda al rey y buscara, en su lugar, a sus descendientes, tres jóvenes con circunstancias muy difíciles y relaciones muy complejas entre ellos, que han sido elegidos por la magia para salvar a los suyos. Por un lado tenemos a Keyne, quien no se siente a gusto con el rol de género que la tradición y la costumbre le ha impuesto, y busca su lugar en el mundo y su verdadera identidad. Su hermana Riva tiene el poder de la curación, y vive atormentada y reprimida por un accidente que sufrió hace años, y que la dejó mutilada. La más joven de la familia es la princesa Sinne, coqueta y vivaz, que tiene el don de la visión y la capacidad de encantar a las personas a su alrededor. El mundo de los hermanos está amenazado, y se vendrá abajo con la llegada de Tristán, un misterioso guerrero de un pueblo aliado, que traerá la discordia entre los hermanos y la guerra para su hogar. Como he señalado más arriba, esta lectura lo tenía todo para encantarme. La trama tenia una pinta increíble, las criticas que había leído sobre él eran más que positivas. Había magia, historia, sonoridad femenina, personajes femeninos fuertes y empoderados, mitología celta, conflictos religiosos y luchas bélicas y políticas. Creo que el gran problema ha sido que este libro, para mi, ha tenido momentos muy, muy buenos mezclado con otros que no me han dicho nada o se me han quedado muy a medio gas.Y estos, por desgracia, se notan desde el mismísimo inicio, el cual es demasiado lento y pausado y, a veces, muy descriptivo. Por eso, el gran pero que le puedo poner, en general, a este título, y que es lo que más me ha disgustado de su lectura, es que he sentido que no he podido conectarte realmente con él hasta el último cuarto de la obra, que es cuando los acontecimientos se precipitan y cuando la tensión podía cortarse con un cuchillo. No obstante, tengo que reconocerle a la autora que esto es más que necesario, para meter al lector en el contexto histórico y religioso de la Britania de los tiempos posteriores a los romanos, y para conocer bien cual es la situación y la forma de ser de cada uno de los protagonistas. La prosa de Holland me ha sorprendido para bien, me parece muy directa y a la vez llena de matices, es muy efectista y crea momentos muy hermosos y potentes. Y además, casa muy bien con el ambiente céltico y misterioso, casi brumoso, que impregna toda su obra. Pero al principio me chocó un poco, ya que su pluma me parecía demasiado lineal, en el sentido que sentía que era exactamente igual en cada uno de los capítulos contados desde un punto de vista de cada uno de los hijos del rey. Esto impidió que, al principio, me fuera muy difícil distinguir quién era cada uno de ellos y cuál era su auténtica personalidad. Por suerte, cuando el libro empieza despegar, también lo hacen sus protagonistas. El lector no tardará mucho en diferenciar a unos de otros, y en ver las particularidades que tiene cada uno a nivel emocional y personal y en conectar, para bien o para mal, con ellos. Tengo que decir que aunque a veces la narración es muy pausada, estos momentos se compensan con otros muy trepidantes y en los que no paran de pasar cosas. No obstante, noto que le falta algo al argumento en si mismo, cierta fuerza en varias partes. Hay algunos giros de guion que me han parecido muy poco interesantes, básicamente porque me olía que iban a darse así desde mucho antes de que ocurriesen sobre el papel, y por eso no me llegaron a sorprender o a impactar. Pero al igual que con la narración, hubo otros giros que si me dejaron helada y me sorprendieron, por qué no me los esperaba para nada. Así que como veis, se ha tratado de una lectura muy desigual, y creo que eso es lo que más me ha escamado y por la que he tardado mucho en conectar con ella y en terminármela, porque la prosa no es difícil para nada y está muy conseguida. Pero con esto no quiero decir que haya sido una lectura desastrosa, ni mucho menos. “Sistersong: La Balada del Arpa de Hueso” tiene varios puntos fuertes que no se pueden negar y que hay que tener muy en cuenta, con los cuales he disfrutado mucho en su momento. Como ya he dicho antes, cuando se deja reposar la novela, el lector puede ver como va conociendo mejor a cada uno de los hermanos, hasta que al final se alzan ante él como personajes muy vivos, llenos de matices que resultan muy realistas por los humanos que son. Keyne, Rivia y Sienne tienen algo arraigadamente verídico y atemporal, lo que los hace muy cercanos y facilita que se pueda empatizar con ellos, aunque no se comparta lo que van a hacer o lo que piensan. Los tres personajes principales tienen una evolución individual muy marcada y muy bien llevada, lo que hace posible todo lo contado anteriormente.En ningún momento, he sentido que ninguno quedase deslucido por alguna de sus hermanas, lo que demuestra que este quizá sea el punto fuerte de la historia. Creo que quizás me falte que se trabaje más la relación y la vida de las tres hermanas en conjunto, ya que el foco se centra más en las luchas, amor y complejidad de sus relaciones individuales entre ellas. Pero aún así, insisto: esta hermandad es el principal motor de este libro y su principal seña de identidad. Keyne quizás haya sido el carácter que más me ha gustado por la fuerza que desprende desde el inicio y como lucha por encontrar su voz y su lugar en el mundo.Con sus hermanas he tenido un problema, y es que a veces las entendía muy bien y otras me daban ganas de tirar las de los pelos por lo que hacian, o como se comportaban. Para mí, el otro gran punto a favor de esta lectura ha sido la manera en que una ambientación política y religiosa muy creíble históricamente exacta ha ido de la mano con los mitos y las historias de la cultura celta y la magia. Las dos partes han existido de una forma muy armónica y han dado lugar a una historia en la que todo esto está muy bien llevado y no hay nada que parezca estar de mas o de menos. Algo que es una de las cuestiones que más me ha llamado la atención para bien ha sido la forma en que se ha metido el tema de la inclusión sexual en la trama de la novela. al principio, según iba leyendo, estaba convencida de que la autora lo iba a meter con calzador y de que esa trama iba a desentonar totalmente en el conjunto del libro. Y que va, para nada. El tema es muy importante ya no solo para el desarrollo del Keyne como personaje (que, obviamente,también), sino para la totalidad de la novela y del argumento. Está trato con muy nitidez y sensibilidad, resulta comprensible, y no desentona para nada con todas las demás cosas que suceden en la historia. Desde el inicio está muy bien llevado, tanto para Keyne como para lo que se supone para lo que le rodean. Hay que tener en cuanta que anacrónico no me ha resultado, gente transexual ha existido siempre en todas partes y en todos los siglos y culturas. Simplemente era algo que quedaba silenciado, de ahí que sepamos poco al respecto, y que hasta hace poco no se ha estudiado con cierta profundidad. Por eso, quizás, el único pero que se puede poner a esta parte es que se le da a personajes como Keyne tiene una voz que en su época a una persona trans no se le hubiera ni ocurrido que pudiera tener, es decir, se trata del asunto con una perspectiva un tanto moderna. Quizás esto no me ha chirriado porque nunca me he tomado esta novela como algo estrictamente histórico, más bien como fantasía en un contexto histórico. de ahí que haya quedado muy satisfecha en cómo se ha llevado el tema. Mención especial, por supuesto, para el punto que más me llamó la atención cuando decidí emprender la aventura de leer este libro, la ambientación. Está realmente conseguida, Holland logra transportar al lector a la Britania céltica con todas sus particularidades y costumbres, colocándole en medio de las invasiones sajones y del devastador y sangriento conflicto que debió de ser la llegada del cristianismo y su lucha contra la antigua religión pagana que por generaciones domino en ese lugar, unas luchas arduas y agotadoras que destruyeron una forma de vida para transformarla en otra, y que Holland representa con un pulso firme pero sensible, lleno de fuerza, horror y belleza a partes iguales. Puede que me haya parecido que le falte profundizar más en las costumbres y menos en las diversas festividades que jalonan la narración, pero aún así este aspecto me ha gustado también mucho. Por cierto, no sé si será porque la ambientación me recuerda a uno de mis libros preferidos de toda la vida, “Las Nieblas de Avalon” de Marion Zimmer Bradley, o por el uso de ciertos nombres propios, pero no he dejado de ver algunas reminiscencias al ciclo artúrico que para mi han aportado interés a todo, En definitiva, “Sistersong: La Balada del Arpa de Hueso” es una novela llena de altibajos, pero que a grandes rasgos se mantiene estable. Lucy Holland nos regala un debut literario más que meritorio, en el que se trabajan las relaciones entre hermanas, con sus luces y sombras, y la búsqueda de la identidad de uno mismo y de la necesidad de forjar tu propio cuento. Pero por desgracia, en eso se queda, más no puedo decir. El libro cumple, entretiene y a veces emociona. Pero le falta algo para despegar totalmente. Y tengo que reconocer que, sobre todo, lo que le ha fallado es que yo no tuviera en él expectativas tan altas. Si no, de fijo lo hubiera disfrutado más. + Leer más |