Menudo inicio de saga y menuda narrativa la de Robin Hobb. He terminado este primer volumen de El Reino de los Vetulus con lágrimas en los ojos y la sensación de acabar de leer algo realmente único y especial. Un fabuloso coming of age con un desarrollo que parece más lento de lo que en realidad es, con detallados escenarios que cobran vida a nuestro alrededor a medida que vamos leyendo, mientras nos sumergimos poco a poco en el mundo de los Seis Ducados de la mano del narrador y protagonista, un bastardo de sangre real. El mundo es muy rico y está descrito con gran detalle, innegable amor por la naturaleza y una belleza envolvente, sin caer en el exceso de información ni cansar en ningún momento, en tanto que los epígrafes nos van familiarizando con parte de su historia, política y sociedad. La magia presente en él, de la que aún no sabemos demasiado, es profunda, intensa y enigmática. La narración fluye con elegancia, preciosa, pausada sin resultar aburrida, construida en primera persona a modo de cierto tipo de diario personal (hola, Patrick Rothfuss 👀). Consigue transmitir las emociones de una manera que ha conectado muchísimo conmigo y está repleta de descripciones absolutamente vívidas. Te atrapa tanto por lo que cuenta como por la manera en que lo cuenta, fluyendo a través de los diversos acontecimientos. La trama está perfectamente hilada, cocinada a fuego lento hasta llegar al tramo final, en el que se vuelve trepidante y de repente te encuentras con que se hace imposible soltar el libro. Aunque aquí la acción no consiste en grandes batallas épicas, sino en diálogos e intrigas políticas. Los personajes son profundos, magníficamente construidos y perfilados, sus personalidades perfectamente definidas y su lugar en la historia por derecho propio, con tanto trasfondo que bien podríamos seguir sobre sus vidas en otras tantas páginas. Resulta tremendamente fácil encariñarse con unos cuantos, pero lo que más me ha fascinado han sido las relaciones entre ellos. Sus interacciones se sienten tan humanas, tan reales, tan vivas... Una maga, eso es Hobb. No puedo dejar de constatar, como han hecho tantos antes que yo, la vergüenza que supone que una saga de semejante calidad, de una autora sumamente prolífica, haya sido tan maltratada editorialmente en España. Que lo poco que en algún momento se tradujo se encuentre en la actualidad descatalogado y siendo pasto de los especuladores en el mercado de segunda mano. + Leer más |