Letras de Ozono

¡Qué ganas tenía de volver con Paola, Costoya y compañía! Aunque por otro lado sabiendo que el final se acerca da pena ¡no quiero dejarlos marchar!. Sin embargo, esto es inevitable así que centrémonos en lo que tenemos en este momento y ¡a disfrutar!. Porque volver a leer a Rober es un acierto seguro, adentrarnos en las tierras galegas es un placer y sumergirnos en sus tramas es no poder parar de leer. Y así, llegamos a Letras de ozono para un nuevo capítulo de disfrute de novela policíaca (con tintes negros y de suspense).

Con un comienzo en momento álgido, no nos dará respiro desde la primera página. Iremos por la trama, como es ya característica del autor, con un ritmo continuo, vertiginoso, que no da tregua y que hace que sigas leyendo sin parar. Junto a ello, sabe guardar algún as en la manga para que no sea evidente y dar ese toque de sorpresa que tanto me gusta. Así, iremos descubriendo los secretos escondidos para hacernos el giro inesperado.

Como parte de la saga, Letras de ozono cuenta con una estructura similar a la mayoría de los libros, vuelve a su «marca de la casa» en algunos aspectos del libro. Y es que por más que esta estructura sea similar no es previsible el quién. Además, si ya conoces al autor y te han gustado sus obras, vas sobre seguro: no te defrauda.

La trama central queda cerrada en el final aunque sí nos deja caer que habrá una nueva investigación y que será la última (por otro lado, ya lo sabemos), ¡miedo me da!

Narración
La evolución del autor en estas ocho novelas está más que patente. Si bien es verdad que las escribe a la velocidad del rayo y no ha pasado tanto tiempo como podría imaginarse entre la primera y esta octava, aún así se nota una mejora en la narración. Tanto en la forma como en la trama, en la fluidez y en la inclusión de esas frases que te hacen reflexionar y que están colocadas de forma estratégica. Es decir, vienen a cuento y consiguen esa sensación de estar leyendo una obra con un plus (o será que yo me he vuelto más «ñoña» y las necesito).

Por otro lado, consigue una narración equilibrada y dinámica con la inclusión de los diálogos, los momentos de «colegueo» entre los compañeros con algún toque de humor que rebaja un poco la tensión antes de volver a coger la velocidad de crucero. Los detalles presentes nos sirven para imaginar dónde estamos sin perderse nunca en ellos. Se trata de una obra que va bastante al grano, en la que predominan la acción y los momentos de los personajes sin irse por las ramas. Algo que personalmente agradezco.
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