El frío brillo de la esperanza

Me da mucha pena escribir esta reseña, pues significa que ya he llegado al final de la saga de Elaranne y todavía no estoy preparada para despedirme de estos personajes que tanto me han hecho sentir.

¿Qué puedo decir que no mencionara ya en las reseñas de los tres libros anteriores? No es ningún secreto que el mundo de Elaranne me ha cautivado. Y es que no resulta fácil dar con una saga cuya calidad vaya a más con cada libro.

En la reseña de la tercera entrega dije que auguraba un final de saga apoteósico. Hoy puedo afirmar que así ha sido.

No son pocos los frentes abiertos que hay en Elaranne. Muchas batallas que librar, muchos problemas por solucionar y varias respuestas que conseguir. Pero no temáis, pues al final se resuelven todas las incógnitas, se disipan todas las dudas y queda todo maravillosamente bien cerrado.

A pesar de que el ritmo de esta novela es frenético, no resulta abrumador. En los volúmenes anteriores el autor ya se encargó de que conociéramos con todo detalle este extenso mundo y que forjáramos estrechos vínculos con sus increíbles personajes, por lo que, en este último libro, a pesar de que vamos saltando de un terreno a otro, acompañando a los diferentes grupos de personajes que andan disgregados luchando por reestablecer la paz en su mundo, no nos perdemos en ningún momento.

Un desenlace a la altura de los libros anteriores, con pinceladas de luz en mitad de tanta oscuridad, manteniendo la esencia de claros y oscuros tan característica de Elaranne.

Una obra que me ha dejado absolutamente trastornada, que ha calado muy hondo en mi corazón desbordándome de sentimientos (positivos en su mayoría, aunque no voy a negar que también ha habido momentos de sufrimiento y pesar) y que voy a recomendar una y mil veces a todos los amantes de la fantasía épica.

Debéis darle una oportunidad, no os va a defraudar.