La sinfonía de Julia

En las largas noches de insomnio y reflexiones, concluí que el miedo era la sensación más paralizante del ser humano, el que hacía aflorar las pasiones más bajas, azuzado por nuestro innato instinto de conservación.

La ventaja de ser inteligente es que así resulta más fácil pasar por tonto. Lo contrario es mucho más difícil.

La obediencia era el único medio para vivir con tranquilidad.

Solo pude conservar mi vida interior, la fe en Dios y mi dignidad, un patrimonio del que no consiguieron despojarme por no estar al alcance de los carceleros.

Las personas buenas de verdad nunca están satisfechas
con su proceder y piensan que podrían haber dado más de sí o haber actuado mejor con el prójimo.

Cuando la humanidad se acostumbra a vivir en medio de tanta injusticia, puede llegar a normalizarla. El origen de la maldad de los hombres, hija mía, es la indiferencia ante el dolor de los demás. No podemos permanecer impasibles observando la suerte que corren nuestros vecinos o amigos. Nunca pierdas la capacidad de discernir entre el bien y el mal.