La casualidad hizo que me hiciera con este libro antes de viajar a Madrid y tener ocasión de ver, casi in extremis, la exposición “Maestras” del Thyssen. Se trata, pues, de una lectura que no ha podido tener mejor contexto. Aunque en la exposición había únicamente un cuadro de Élisabeth Louise Vigée le Brun (Portrait de Madame Élisabeth, 1783), lo cierto es que la lectura de esta obra me ha acercado mucho más al contexto en el que esta pintora creció y desarrolló su trabajo, con los obstáculos propios a los que hacían frente las mujeres que deseaban dedicarse al arte en aquel entonces (subrayo esto no porque ahora no existan sino porque la obra se centra, como es lógico, en aquellos en particular). La obra recoge algunas reflexiones que la propia pintora publicó en una obra titulada “Souvenirs”, algo sin duda valioso per se, así como su relación no sólo con la corte, sino con el mundo cultural de la época. La obra no sigue un hilo cronológico concreto, se desarrolla más bien en espiral: abre temáticas, las presenta, y vuelve a ellas para incrementar la información al respecto. Es un trabajo de investigación y de reconocimiento que me lleva a querer leer ya la biografía que tenía en caso sobre Maria Antonieta, escrita por Zweig, y a conocer mejor a la pintora, una mujer con determinación a quien se encomendó retratar a la reina menos apreciada por los franceses, y que se vio arrastrada, en cierto modo, por esa estela de odio que se generó hacia la monarca. Es muy interesante abrir la perspectiva de los hechos y algunos de los motivos… Una obra altamente recomendable si disfrutáis del arte, más aún si os interesan las mujeres pintoras. + Leer más |