Caroline y Francis forman un matrimonio que está pasando por una crisis. La adicción de él y una infidelidad pasada de ella han sido la causa de que ahora mismo su matrimonio sea una pareja inestable. Pero tienen voluntad de solucionar sus problemas y seguir adelante. Por eso, cuando a ella se le ofrece la posibilidad de intercambiar su casa, decide que unas vacaciones ellos dos solos, en una ciudad distinta, podría venirles muy bien. Dejan a su hijo pequeño con la madre de ella y comienzan lo que creen que van a ser unas idílicas vacaciones. Pero, como os imaginaréis, de eso nada. Por de pronto, la casa a la que van está totalmente desangelada: no hay ningún adorno, ningún toque personal, parece que allí no viviera nadie, todo es demasiado frío, aséptico e impersonal. Y, sin embargo, va a haber detalles (un sonido, un olor, algo entrevisto…) que hacen que en Caroline afloren todos los recuerdos de su infidelidad y del hombre al que tanto quiso. A Caroline le empiezan a entrar dudas sobre la persona con la que ha intercambiado su casa. ¿Es posible que la conozca? ¿Es posible que sea alguien del pasado? Últimamente se ha puesto de moda lo del intercambio de casas, el alquiler vacacional que se dice. Mi ciudad es turística y aquí, en verano, hay mucho de eso. Algunos de mis amigos lo hacen. Yo, sinceramente, sería incapaz. No me puedo ni imaginar una familia viviendo en mi casa, mi vivienda habitual, mi hogar. Durmiendo en mi cama, abriendo mis cajones, utilizando mis cubiertos. A mí me parece un horror, la verdad. Es por eso que la sinopsis de esta novela me atrajo tanto.s He de reconocer que “El intercambio” no ha sido lo que esperaba. Me imaginaba un thriller psicológico, un domestic noir asfixiante. Uno de esos libros que no puedes parar de leer. Y me temo que no me he encontrado eso. La premisa es muy buena y el desarrollo es correcto pero le falta algo, chispa, intensidad. Y ritmo. No es una novela lenta pero casi. le cuesta mucho entrar en materia, avanza poco a poco, apenas pasa nada. Y, encima, en cuanto tienes los datos suficientes, te puedes imaginar qué, cómo, cuándo, dónde, quién y por qué. Dicho de otra forma, es bastante previsible. No es un mal libro y no me arrepiento de haberlo leído porque lo he disfrutado bastante pero no ha estado a la altura de mis expectativas. Quizás el problema haya sido que yo misma me haya creado unas expectativas basadas en una portada y un título, sin más base. La novela es fácil de leer, eso vaya por delante. Aunque avanza poco a poco, lo cierto es que como se lee bien y de forma fluida, en ningún momento aburre o te entran ganas de dejarla. Y, aunque haya adivinado pronto el final, no por eso carecía de ganas de ver cómo se resolvía todo. Simplemente, me hubiese hecho falta un poco más de tensión y de emoción. Creo que la falta de ritmo reside en la propia Caroline que continuamente se retrotrae al pasado para contarnos cómo tuvo una aventura. Quizás hubiese estado mejor sin esos flashaback continuos, si la parte “amorosa” se hubiera resumido más. Obviamente, es importante para la historia en sí pero creo que podría haberse llevado de otra manera. Incluso, cuando en el presente se da cuenta de que hay algo que no va bien, no le veo en ningún momento angustiarse. Con lo cual, tampoco transmite angustia al lector. Y debería hacerlo porque la situación realmente lo es. Incluso cuando va descubriendo cosas, algunas muy graves, como que remolonea en esas escenas sin decidirse a actuar. En definitiva, le falta acción Son los propios personajes quienes nos van a contar, en primera persona, su historia. Caroline y Francis y algún otro por ahí. Cuando se sitúan en el presente, el capítulo se titula “En casa”, cuando se sitúa en el pasado, se titula “Allí”. Además, hay momentos en los que cambia la grafía: hojas sueltas escritas en cursiva por la persona que se encuentra en casa de Caroline y Francis. Los personajes están muy bien desarrollados, eso sí. Lo que le falta de acción se compensa con un perfil psicológico muy bien realizado. Ni Francis ni Caroline son personajes fáciles, tampoco los demás. Son personajes complejos, con múltiples facetas, con miedos, adicciones o secretos. Ninguno es completamente blanco o completamente negro, todos han hecho cosas moralmente reprobables, quizás las siguen haciendo; pero llegas a entenderlos y también a entender que no eres quién para reprocharles nada, que a saber qué harías tú en su situación Conclusión final “El intercambio” es un thriller psicológico que parte de una buena historia pero al que le falta ritmo y suspense pero que, por el contrario, aporta un magnífico desarrollo de los personajes. Y vosotros, ¿intercambiarais vuestra casa? ¿podrías vivir tranquilos sabiendo que un desconocido está durmiendo en vuestra cama y comiendo a vuestra mesa? Enlace: https://librosquehayqueleer-.. + Leer más |
Realizamos un experimento con Mary Ruiz y Lauren (P8ladas). Durante unos minutos, cada una de ellas pudo entrar en la casa de la otra y ver si, con los objetos que tenían a mano, podían averiguar qué tipo de persona vivía en ella. Este es el resultado.
Y tú, ¿dejarías las llaves de tu casa a cualquiera?
Un intercambio de casas se convierte en el inquietante telón de fondo de la crisis de un matrimonio acosado por oscuros secretos en este hipnótico thriller.
No dejes las llaves a cualquiera.
"El intercambio", de Rebecca Fleet, está publicado por Plaza & Janés.
Más información: https://www.megustaleer.com/libros/el-intercambio/MES-100461