Los astronautas

Más tarde, cuando alguna vez me volvieron a pedir que dibujara una familia, pensé que si representas lo que comúnmente se entiende por una familia puedes fingir el resto de tu vida que también tú perteneces a una.

Mi padre, en esa capa de la vida en la que a veces hemos tenido la fortuna de encontrarnos, la de los sentimientos, viaja de incógnito para que nadie le reconozca y, sobre todo, para que nadie pueda pedirle explicaciones

El pensamiento mágico supone que uno puede cambiar la vida con el solo impulso de su mente.

Las grandes conversaciones se tienen, aunque parezca extraño, cuando no hay una mirada de por medio, cuando hay movimiento.

Mientras contaba mi vida a un desconocido pensé que lo que más nos seduce de conocer a alguien nuevo es la posibilidad de volvernos a contar.

Cuando podrías arreglarlo es tarde. Y no hay nada peor que tarde.

La maldición del plural es que siempre diluye. Las cosas verdaderamente importantes son las que se dicen en singular.

La naturaleza del deseo, incluso del amor, es aleatoria, tosca, extraña. Errática. De tan básica sorprende, y por eso misma razón aterroriza: porque no es compleja, no necesita de demasiadas paráfrasis para explicarse. Basta con una sola palabra: ocurre.

Toda historia de amor contiene dentro de sí misma la semilla de su destrucción.

Agarrarse a la tristeza y al dolor era una manera como otra de mostrar lealtad a los muertos.