Cuentos afilados en noches extrañas y otras puñaladas

Se topó con la muerte de cara.
Tenía la mirada del amor de su vida.

Para cuando entendió que jugaban a una especie de ruleta rusa, ya la tenía metida en la cabeza.
A la bala no, a su contrincante.

Y uno debe ser el continuo y el compendio de todos los sentimientos que sintió y todas las circunstancias que vivió, pero nunca convertirse en algo por evitar sentir ese algo.

Posee una belleza parecida a la de un sueño por cumplir que se torna cercano: platónica pero posible.

Así es el corazón. Un museo lleno de obras de arte maravillosas que nunca sabes si volverás a tener enfrente.

Ella nunca lo dijo. Él nunca preguntó.

Hay que mirarse las heridas de la caída estando de pie, no en el suelo.

El amor es irrompible, a pesar de que, a veces, nos rompa a nosotros.

El destino les tenia preparado otro tipo de amor.
Los había unido con una mecha de dinamita.

- Los clavos no sacarán ningún otro clavo contestó -. Porque me he enamorado de otro martillo como yo.