Aunque no sea lo usual, esta segunda parte me ha gustado bastante más que la primera. El motivo principal es claro; la evolución de los personajes. El estilo y la pluma de la autora continúa la línea del primer libro, dinámico, ligero, coloquial, común, accesible... Muy lograda la adecuación del lenguaje a los niveles culturales y formativos de los personajes, y las jergas de sus respectivos entornos. Son detalles que, pudiendo parecer absurdos, dotan a los mismos de autenticidad y personalidad. La evolución de los personajes en la gestión de sus sentimientos es brutal. El miedo a enfrentarse a ellos mismos y a lo que sienten puede compararse a desenvolver un caramelo. Con el avance de la lectura puedes ir sintiendo como se desenvuelve cada pliegue. Desde el punto de vista de Lee y Alex, la forma de afrontar la realidad del desarrollo personal e individual dentro de unos márgenes encorsetados también otorga al lector la capacidad de sentir la madurez del personaje y el abandono del miedo pueril por la seguridad y firmeza de la adultez. El último giro de Theo me ha parecido buenísimo y la ocasión perfecta para que todos loe personajes que lo rodeaban se pararan dos segundos a pensar. Muy buen libro y muy recomendado. Lo he leído en tres días porque me sentía a los personajes como si fueran conocidos. + Leer más |