El protagonista es al Kenner, personaje basado en el asesino en serie Ed Kemper, un joven con un coeficiente intelectual superior a 140 y una estatura de más de 2 metros. Estos rasgos, unidos a una tormentosa relación con su madre, marcan su personalidad. A los 15 años asesina a sus abuelos y es internado en un psiquiátrico. Todo esto lo sabemos desde el principio, de modo que el autor no nos lleva a engaño en ningún momento. Sin embargo, tras la narración en primera persona y una trama de falsa autobiografía vamos cayendo en una red araña de la que no podremos salir sin pelear. Porque el libro te lleva a terrenos incómodos en los que te planteas la naturaleza del Mal o en los que llegas en algún momento a simpatizar con un asesino. Y esto sin dejar de lado el suspense y ahondando en una personalidad que, sin poder conocer a fondo, requiere un análisis profundo. Y es curioso que para tratarse de un libro sobre un asesino en serie no hay un uso excesivo o morboso de la violencia, casi la encontramos como un leve detalle, un pequeño vistazo a una escena. Porque el horror no siempre debe ser explícito y en este caso me parece muy bien transmitido por Dugain. El broche de los últimos capítulos hace que la novela mejore más, dejando todos los hilos atados y haciendo que la lectura quede cerrada por completo, aunque es probable que termine en una búsqueda por la Wikipedia para saber más sobre la persona que inspira a al Kenner. (P.D.: Para los curiosos y seriefilos, Ed Kemper es el gigante al que visitan los policías en la prisión de Vacaville en varios episodios de 'Mindhunter') + Leer más |