La conformista

La conformista de esta historia se supone que es Eva, una mujer con una vida rutinaria, y podría decirse que anodina, que ve pasar sus días entre pollos asados y una monotonía familiar sin cambios, que día a día se repite sin llegar a ningún lado. Es aburrida, sí, y muchas veces está cansada y harta de todo, pero tal vez sea mejor así, tener un lugar seguro, estable y cómodo puede ser confortable. al fin y al cabo, si lo piensa bien, no está tan mal.

Pero quizá Eva no sea tan conformista como parece. Porque hay momentos en que su cabeza comienza a dar vueltas y se plantea cómo hubiera sido su vida si hubiera tomado otras decisiones, si sus elecciones la hubieran llevado por otro camino. Y fantasea, y se imagina otras vidas, y se pregunta qué pasaría si... Incluso en algún momento duda y está a punto de dar el paso que puede cambiarlo todo pero, ¿y si se equivoca? ¿Y si está buscando algo que no es tan bueno como parece? ¿Y si está idealizando a las personas con vidas diferentes a las de ella? Quizá lo mejor sea asumir dónde está y cómo ha llegado hasta allí y aceptarlo. Tal vez se trate de eso, de no estar continuamente luchando y nadando contracorriente, tal vez sea mejor transigir y disfrutar de lo que sí tiene, de lo que sí ha conseguido. ¿Significará eso conformarse?

Eva podría ser la conformista de esta historia, sí. Pero también podría haber sido 'la inconformista', porque depende del cristal a través del que se mire. Hay quien pensará que sí lo es y hay quien creerá que más bien podría serlo su marido, un hombre bonachón y tranquilo que no se plantea demasiado las cosas. O quizá los dos tengan sus momentos y etapas, y cambien ante según qué circunstancias o en situaciones determinantes.

Y es que nadie es blanco o negro, tenemos matices, y este pequeño libro muestra muy bien justamente eso: la parte humana, cambiante, imperfecta... Es por eso por lo que me ha gustado, no tanto por la historia en sí, sino por todo lo que plantea y lo que te hace reflexionar. Creo que es perfecto para leerlo con alguien y poder intercambiar impresiones e ideas. Me ha parecido una propuesta super interesante.

Una novela realista, un relato de la vida, que se pasa sin darnos cuenta. Muchas veces conformándonos con lo que nos viene, por no atrevernos a vivir dejamos pasar oportunidades que podrían cambiar nuestro día a día. En este caso Eva es una persona que se pasa toda la novela quejándose de la vida que lleva, de su trabajo, de los bebés, de la adolescencia cuando le llega, de su marido, celos, rutina...todo es una queja, pero no hace nada por cambiarlo, deja que pasa el tiempo y al final parece que todo cambia a mejor y ve una mejoría en su vida de pareja y laboral que la satisface.
Me ha parecido una novela muy realista, nos pasa a menudo que por miedo a cambiar nos agarramos a una vida anodina, sin alicientes, que pasa sin apenas darnos cuenta. Pero es cierto que es una novela demasiado derrotista porque en ningún momento Eva está contenta, es todo el rato una queja constante. A veces me agobiaba. Pero vamos, el final es absurdo y ridículo,es como decir...ale, tu marido hace deporte, cambia su manera de vivir el trabajo y todo mejora. Ese final no me ha gustado, es una novela realista salvo la última página. Aun así merece la pena leerla.

¿Eres consciente de las pequeñas decisiones que has ido tomando a lo largo de tu vida y que te han puesto en un camino u otro? ¿O lo dejas todo en mano del destino?

Entonces, se me ocurre otra pregunta ¿somos absolutamente dueñas de nuestro destino? Creo que ocurre lo de siempre: depende de dónde partimos cada una de nosotras.

“Sí, esa era la diferencia más importante, las posibilidades, las alternativas, todas esas puertas todavía abiertas”.

De aquí parte esa frustración, ese enfado y esa rabia cuando creemos que hemos escogido el camino equivocado o que podríamos haber hecho unas cosas u otras sin darnos cuenta de las circunstancias. Y, tras esto, a veces pasa que nos conformamos y sólo soñamos. Aquí se encuentra Eva.

Es una lectura con un golpe de realidad que, hacía el final, también me hizo pensar que lo cotidiano no es tan terrible. Porque es lo nuestro. Nuestro mundo. Eso que hemos ido consiguiendo, lo conquistado día a día. Sacarle el jugo a lo que tenemos, pensar que podríamos haber sido totalmente distintas a las personas que somos hoy en día o que no nos rodearíamos de las personas que nos acompañan. Que el tiempo va poniendo todo en su lugar, dando respuestas.

Cuánto esconde “La conformista”: el incendio tras la rabia de la rutina que puede llegar a oprimir. El miedo a perder lo conquistado. Las dudas del día a día. La calma que da el paso del tiempo, la estabilidad, el confort que costó tanto conseguir.

Creo que Eva y Pere conquistaron la calma.

Hay momentos en la vida en los que es inevitable preguntarse a una misma si las decisiones que has tomado en el pasado te han llevado donde querías. Puede comenzar así una larga cadena de “¿y si…?” en la que podemos remontarnos atrás en el tiempo tanto como queramos, y es lo que le pasa a Eva cada día cuando llega del trabajo, se mira en el espejo, y ve el maquillaje deshecho dando a su cara el aspecto de un oso panda. Y es que su vida se resume en la rutina de ir de la tienda a casa y de casa a la tienda; Junto a su marido, Pere, regentan una tienda de pollos al ast, cuidan a sus dos hijas y pasan una semana de agosto al año en l'Estartit. ¿Era esto lo que le deparaba la vida?, se pregunta Eva cada día tras ducharse y notar que no acaba de desprenderse nunca de ese hedor de los pollos asados, que le atraviesa la piel y también el alma.

🟡 “Estar bien está bien cuando no has pensado que podrías estar mejor, que quizá te has conformado demasiado pronto y con demasiado poco”. 🟡

“La conformista” (@sextopisoeditorial) de #AlbaDedeu se mueve entre el desencanto y la incertidumbre vital y nos plantea la duda de si las elecciones que se han tomado son las idóneas –tanto en el trabajo como en la pareja–. En apenas cien páginas todas estas dudas se cuestionan de forma cruda y directa, y es que las comparaciones con los demás, así como la idealización de las vidas ajenas –muchas veces por culpa de las redes sociales– pueden hacer tambalearse los cimientos de una satisfacción existencial propia. Pero ¿qué pasaría si apareciera en la vida de Eva un hombre como Eudald, sofisticado y culto? ¿O si todo su mundo pudiera desmoronarse de un día para otro por causas que escapan a su control?

Llamémosla Eva o como sea, su voz es la del tedio de cualquiera, del hastío, pero también la de una obcecación y desencanto que pueden conducir a no ver las cosas como realmente son.
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Al tratarse de una novela escrita en catalán siempre es mejor leerla tal y como la.escribe y piensa la.autora. Pero para aquellos que no habláis y leéis en catalán podéis encontrar la traducción en Sexto Piso con el mismo título.

Eva es una mujer casada que nos va contando la evolución de su relación. Sus expectativas, sus frustraciones, sus deseos, sus miedos, sus temores.

Sin duda la.novela te hace pensar constantemente y te remueve tú propia cotidianidad.

Aquello que deseamos o que nos gustaría que fuera es mejor que lo que vivimos?
Aquello que nos han hecho creer que es mejor nos haría realmente más felices que nuestra realidad?
Que parte de culpa tenemos nosotras sobre aquello que nos frustra y nos atormenta?

"Estar bé està bé quan no has pensat que podries estar millor, que potser t'has conformat massa aviat i amb massa poca cosa. Estar bé es una qüestió de perspectiva: com més estret de mires ets, més bé estás, suposo."